Siempre lo decimos pero no está de más recordarlo: pensamos que jerarquizar el placer y el gusto es un despropósito. Así que nuestra lista de favoritos, una vez más, no sólo no es jerárquica (tan bueno es el primero como el décimo) sino que ha estado cambiando hasta el último momento y seguirá cambiando a partir de enero, a medida que vayamos enamorándonos de nuevas novelas.
En 2020, sin pretenderlo, nuestros favoritos nos han llevado por menos continentes que otras veces, quizá como un efecto reflejo de las dificultades para viajar que la pandemia nos ha ocasionado a todos. Nos hemos ido al París de los años treinta siguiendo la pista de impostores y amores improbables. Hemos vivido la catástrofe de Chernóbil y la violencia racial estadounidense desde el escalofrío más profundo. Hemos echado de menos Cuba desde el exilio de un grupito de cubanos cuyas vidas son las de todos los que han tenido que dejar atrás un amor imposible. Hemos sufrido Italia desde la educación áspera de una adolescente insegura y desde la tragedia y el renacimiento que lleva casi dos décadas contemplando la tenaz isla de Lampedusa. Nos hemos empapado de multitud de datos que demuestran hasta qué punto el sufrimiento de las mujeres está determinado por un diseño masculino de nuestras sociedades, nos hemos reído hasta caernos de la silla con las descacharrantes peripecias de un norteamericano llamado Sedaris y, por último, hemos incluido un cómic que, aunque se publicó en noviembre del año pasado, es el cómic más extraordinario y fastuoso que ha caído en nuestras manos en mucho tiempo y por el que no podemos sentir mayor admiración.
Aquí están, por méritos propios, nuestros diez favoritos de 2020. Aunque quizá la semana que viene caigamos rendidos ante nuevas novelas y la lista cambie. Como la vida y las cosechas, que nunca se están quietas.
1. La vida mentirosa de los adultos, de Elena Ferrante (Lumen, 19,90€).La autora de la tetralogía Dos amigas ha vuelto a Nápoles con una novela protagonizada por una adolescente desorientada, Giovanna, enfrentada a la vida mentirosa de los adultos que más venera. Cuando se entera de la mentira que esconde su padre, su vida se tambalea.
El bello edificio de maneras cosmopolitas en el que la criaron se viene abajo y, de repente, esa otra Nápoles, encarnada en la piel de una tía que no conoce, empieza a tirar de ella. Con sus paredes desconchadas y su dejadez, con su trato brusco y sus conversaciones a voces, esa otra Nápoles puede convertirse fácilmente en la venganza contra tanta mentira.
2. Los fuegos de otoño, de Irène Némirovsky (Salamandra, 18,00€).
2. Los fuegos de otoño, de Irène Némirovsky (Salamandra, 18,00€).
Irène Némirovsky retrató en esta novela una sociedad herida, la última que logró terminar antes de morir en Auschwitz. Una sociedad que es un reflejo de la que Vera Brittain describió tan bien en su Testamento de juventud. La historia recorre tres décadas de la historia de Francia, desde unos años antes del estallido de la primera guerra hasta el inicio de la segunda, treinta años cuyos terremotos bélicos y financieros afectaron profundamente a la mayoría de franceses, y determinaron su vida cotidiana y amorosa. Con la agudeza psicológica que caracteriza a esta autora, una de nuestras favoritas de todos los tiempos, Los fuegos de otoño es otra recuperación maravillosa de la editorial Salamandra.
3. Como polvo en el viento, de Leonardo Padura (Tusquets, 22,90€).
Combatir la desigualdad entre hombres y mujeres pasa por eliminar la brecha de datos de género, es decir, la falta de datos específicamente femeninos en todas las investigaciones que se usan para el diseño de nuestra sociedad, desde las decisiones políticas hasta la composición de los medicamentos, pasando por los espacios urbanos y la prevención de riesgos laborales en el trabajo no remunerado de cuidados a niños y a mayores. Y combatir la desigualdad ya no es sólo una cuestión básica de ética, justicia y dignidad. También es una cuestión económica urgente. El coste económico que supone en todo el mundo no tener en cuenta a las mujeres en la toma de decisiones es brutal y lo puede entender cualquiera que entienda un gráfico con estadísticas. Ya no hay excusa. Sólo prejuicios y el deseo de permanecer en la ignorancia para perpetuar un privilegio masculino criminal.
5. Apuntes para un naufragio, de Davide Enia (Minúscula, 18,00€).
Los cinco mil habitantes de Lampedusa viven del turismo pero su isla es conocida por la llegada de inmigrantes. Lampedusa es un símbolo pero también un espacio árido donde "el cielo está tan cerca que casi se te viene encima". Belleza y muerte, placer y sufrimiento. La prosa de Davide Enia se desnuda en estas páginas hasta cortar como una lámina de metal. Y la poesía surge espontáneamente, a ráfagas, en frases cortas de una belleza jadeante.
Parece escrita con urgencia y por momentos parece una crónica periodística, un poco al estilo de los libros de Svetlana Aleksiévich, en la que el narrador da voz a varios personajes que cuentan su contacto con la llegada de inmigrantes en una serie de testimonios sobrecogedores. Una novela poética y emocionante sobre el valor de tender una mano cuando el mundo se cierra.
Ucrania, años ochenta. Un director de escuela recién separado. Una adolescente que huye de un maltrato. Una decisión imposible que, sin embargo, se toma como si fuera la única posible. Y un accidente nuclear que precipita un mundo hacia el infierno. La prosa de Íñigo Redondo sacude e hipnotiza. Hay una poesía íntima y cincelada en cada página. Una fuerza profunda y dolorosa que se convierte en un torrente descontrolado que arrolla la historia y al lector. El primer capítulo noquea, y a partir de ahí es una cuesta abajo sin frenos portentosa y escalofriante.
Aunque el argumento es diáfano, es imposible contar de qué va. Y no tendría ningún sentido, pues la prosa de Íñigo Redondo trasciende la acción para detenerse en lo que queda más allá de lo visible, fuera del alcance de la luz y de la inteligencia y de la imaginación. Y que sin embargo es tan real como la realidad iluminada.
7. Los chicos de la Nickel, de Colson Whitehead (Literatura Random House, 19,90€).
Estados Unidos, años sesenta. Un chico negro con pocos recursos aspira a ir a la universidad. Aspira a romper una barrera educacional, una barrera de clase y una barrera racial. Pero la mala suerte y un policía se cruzan en su camino.
Los chicos de la Nickel es un homenaje vibrante a esa minoría de hombres y mujeres que prefirieron la muerte casi segura a una vida entera de esclavitud. Que sufrieron persecuciones, chantajes, violaciones, torturas, apaleamientos y violencias de todo tipo por el color de su piel y que, pese a todo, siguieron adelante en busca de un sueño que consideraban legítimo. Ese sueño estaba inscrito en mármol en la constitución de su país. Ese sueño que decía que todos los hombres habían sido creados iguales, y que todos tenían derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.
Esta novela trata sobre esa cercanía perturbadora que nuestra educación tradicional basada en el pudor nos ha enseñado a evitar. Trata sobre un escritor bloqueado, "atrapado en un tempo antiguo", en un miedo paralizante que le recluye en su estudio y en el borrador de una novela en la que no acaba de creer. Espera algo. Algo que desconoce. Un mensaje en una botella. Algo que le acerque a sus personajes y a su vida cotidiana, que ya sólo es capaz de vivir de lejos, desde una distancia insalvable.
Trata también sobre una mujer que retoma la escritura, tras veinte años de limitarse a corregirle las pruebas a su marido escritor. Y descubre que lleva un dolor dentro pugnando por aflorar, y que en las palabras escritas va a encontrar las pruebas de ese dolor, las evidencias de ese trauma que ella piensa que es un sueño. Un sueño compartido con millones de mujeres, un trauma hecho realidad cada día, cada hora.
Si leéis este libro os pueden pasar cosas raras: podéis enamoraros de una tortuga gigante y cancerosa, podéis aprender a leer un capítulo entero con el culo apretado (nada de spoiler aquí, ya descubriréis por qué), o también podéis aprender a caeros de la silla de la risa sin haceros daño -Sedaris ofrece una práctica constante-. Pero nunca os pasará nada tan raro como lo que le pasa a Sedaris, creedme. Por el consuelo que esto aporta, ya merece la pena leer el libro.
Tras cada punto y aparte, uno levanta los ojos del libro con el ceño bien fruncido de indignación y exclama por dentro: ¿qué cojones es esto que estoy leyendo? Y acto seguido: ¿y cómo es posible que me esté matando tanto de la risa?
10. El Buscón en las Indias, de Ayroles y Guarnido (Norma, 35,00€).
Ayroles y Guarnido han tomado la historia de El Buscón donde la dejó Quevedo y, en un espectacular homenaje al más bribón de todos los pícaros y al genio que lo creó, han escrito y dibujado las aventuras de don Pablos en busca de El Dorado. "Las mentiras más infames pueden ser creídas. Basta con adecuarlas al pecado de quien las escucha". Así se da cuenta el protagonista de que con cierta facilidad sus bellas palabras pueden transformarle de pícaro en archicanalla, y es que ¿por qué contentarse con sobrevivir si tienes los medios para apuntar mucho más alto?
Ayroles y Guarnido (este último conocido especialmente por su fantástica serie de Blacksad) sí que han apuntado alto. Altísimo. La apuesta era arriesgada y no podía haberles salido mejor. Tanto por la ilustración preciosista y exuberante como por las sorpresas de un guion hilado con un pulso narrativo fabuloso, este Buscón en las Indias es uno de los cómics más brillantes que hemos leído nunca.
¡Gracias por la cosecha! Ya la estábamos esperando impacientes, es un clásico navideño, como el turrón, pero más sano :) Abrazos
ResponderEliminarJajajaja, qué ilusión. "Cosecha turronera" pondremos el año que viene. ¡Felices fiestas!
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