lunes, 24 de febrero de 2020

EL BUSCÓN EN LAS INDIAS

"...determiné de pasarme a Indias a ver si, mudando mundo y tierra, mejoraría mi suerte. Y fueme peor, como v. m. verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres". 

Así termina Quevedo El Buscón, dejando a su protagonista don Pablos de Segovia a punto de embarcar hacia el nuevo mundo, en busca de mejorar en algo su mala fortuna, de la que nunca fue del todo inocente, y prometiendo continuar sus andanzas en una segunda parte que nunca llegó a escribir. Ayroles y Guarnido han tomado el guante donde lo dejó Quevedo y, en un espectacular homenaje al más bribón de todos los pícaros y al genio que lo creó, han escrito y dibujado las aventuras de don Pablos en busca de El Dorado. 

Nada más pisar las Indias, escucha nuestro bribón hablar de las riquezas sin fin que se ocultan en los confines del Perú. Allí te sientas en el suelo y, al levantarte, ¡te brilla el culo de oro!, le aseguran, y no necesita nada más el bueno de don Pablos para dirigirse a toda costa hacia esa promesa de holganza sin fin. Pero ay, en la vida de un pícaro no pueden faltar las desgracias, y el pobre las va encadenando una tras otra, fiel a su espíritu y al segundo mandamiento que le inculcó su padre: "no trabajarás". Aunque para consolarse, siempre puede transformar sus cuitas en historias, y decirse: "ten siempre presente que las más dolorosas de nuestras desventuras pueden mudarse, bajo la pátina de los años, en sabrosas anécdotas". 

Anécdotas que, con su labia y su buen porte, le empiezan a abrir puerta tras puerta. No en vano, y en todas las épocas, "las mentiras más infames pueden ser creídas. Basta con adecuarlas al pecado de quien las escucha". Así se da cuenta de que con cierta facilidad sus bellas palabras pueden transformarle de pícaro en archicanalla, y es que ¿por qué contentarse con sobrevivir si tienes los medios para apuntar mucho más alto? 

Ayroles y Guarnido (este último conocido especialmente por su fantástica serie de Blacksad) sí que han apuntado alto. Altísimo. La apuesta era arriesgada y no podía haberles salido mejor. Tanto por la ilustración preciosista y exuberante como por las sorpresas de un guion hilado con un pulso narrativo fabuloso, este Buscón en las Indias es uno de los cómics más brillantes que he leído nunca. 



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