jueves, 28 de agosto de 2014

LAS TRES BODAS DE MANOLITA


Este es un nuevo libro de Almudena Grandes escrito en estado de gracia. El título lleva a confusión porque lo que una se imagina realmente no es, dos de las bodas son ficticias y además todas con el mismo hombre. Son tantas las historias reales que nos describe y tan interesantes para conocer lo que fue la posguerra española que la del capellán de la cárcel de Porlier que "casaba" a cinco presos diarios a cambio de 2.000 pesetas, diez kilos de pasteles y diez cartones de tabaco para revender en el mercado negro es solo una anécdota.

Un papel destacado le ha otorgado al tristemente famoso comisario Roberto Conesa, uno de los más crueles torturadores de las cárceles franquistas, traidor a sus compañeros de juventud. Cambió su trayectoria inicial como militante antifascista en el mismo momento en que entraron las tropas de Franco en Madrid, evitando que le torturaran y contribuyendo con delaciones que ocasionaron multitud de fusilamientos a jóvenes muchachas, casi niñas. Durante la transición, el ministro Rodolfo Martín Villa le concedió la Medalla de Oro al Mérito Policial, para mayor vergüenza.

Otro personaje de gran intensidad es Isabel Perales, una mujer real que todavía vive y que contó a Almudena su paso por la Residencia Zabalbide de Bilbao, donde "recogían" a las hijas de las presas políticas y las mantenían trabajando como esclavas, lavando con sosa cáustica porque era más barato que el jabón y destrozando su salud.

Una gran aportación a la memoria histórica que algunos pretenden ignorar y sobre todo ocultar. Necesario no olvidar para conocer de dónde venimos.

(Recomendado por Isabel).

lunes, 25 de agosto de 2014

LO QUE NO TIENE NOMBRE

La experiencia de una madre colombiana ante el suicidio de su hijo que sufría esquizofrenia nos introduce en el mundo del dolor situándonos en un plano de conciencia ante el sufrimiento y sus causas. Piedad Bonnett, profesora de la Universidad de Los Andes, tiene siete libros de poemas publicados, varias novelas y obras de teatro y muchos premios en su haber. Este es un testimonio que le brota de sus entrañas y lo convierte en buenísima literatura.

Con este texto ha querido mantener viva la memoria de su hijo Daniel, ha tratado de darle sentido a su pena, a la vida y a la muerte y sobre todo explicar todo el proceso que se desencadena al inicio de una enfermedad tan traicionera como la esquizofrenia, sus síntomas y las consecuencias que se derivan en la vida cotidiana de su familia hasta el punto de llegar al suicidio. Un relato que se agarra a nuestras vísceras y nos obliga a reflexionar, a replantearnos qué sentido pueden tener las cosas trascendentes que nos rodean.

(Recomendado por Isabel)

miércoles, 20 de agosto de 2014

CUARENTA Y TRES MANERAS DE SOLTARSE EL PELO

Me gustan los libros que se me agarran a los dedos. La mayoría no hace eso. La mayoría se deja tocar, abrir, explorar con parsimonia y quizá hasta acariciar de vez en cuando. Pasivamente. La mayoría son acompañantes sin exigencias y complacientes. Pero hay algunos que me quieren para ellos solitos, aquí y ahora. Son libros furiosos, incendiarios, apasionadamente extremos, libros que no se despegan de mi emoción aunque los meta en una caja fuerte y olvide la combinación, me persiguen, se cuelan en mis escalofríos y en mis mejores sonrisas y sus palabras no paran de cambiar volublemente la gramática de mis impulsos. Son libros que se extienden por el vacío de las tardes de verano llenando todo el espacio de ternura, asombro, tristeza, rabia, erotismo, euforia, exaltación, llenando las horas de todo eso que uno no puede de ninguna forma guardarse para sí mismo, libros que leo al borde de mi taburete siempre a punto de desbordarme, tomando notas, sacando una foto tras otra para mandarle a alguien un párrafo concreto que lleva su nombre, libros osados y jubilosos como esos secretos tan bonitos que nos morimos de ganas de contar a todo el mundo y de escribir con letras gigantes de colores en pancartas y colgarlas de la ventana. 
Me gustan esos libros. Son una especie aparte, hay pocos, muy pocos así. Y quizá sea lo mejor, porque ocupan tanto espacio en mi interior que si fueran multitud terminarían por desalojarme de mí mismo. 
Este libro es uno de ellos. 


sábado, 16 de agosto de 2014

LA INVENCIÓN DEL PASADO

El pasado no existe. No es comprobable científicamente, no se puede demostrar. Conocemos los hechos del pasado a través de versiones interesadas, manipuladas o inventadas. Los historiadores no estudian el pasado, porque el pasado como tal no existe ni es posible experimentarlo directamente, lo más que pueden aspirar es a estudiar los vestigios del pasado. Y los vestigios siempre son insuficientes.

Este libro ha revolucionado toda mi forma de entender la historia y de leer los ensayos históricos. A partir de ahora, cuando haga la típica distinción entre ensayo histórico y novela histórica, diré: qué prefieren, ¿un libro de historia muy novelado o sólo un poco novelado? Porque el rigor documental y la veracidad histórica son poco menos que quimeras, interpretaciones de los hechos que se basan a su vez en interpretaciones de interpretaciones.

Por ejemplo, ¿cómo podemos estar seguros de que la batalla de Covadonga tuvo lugar en Covadonga? ¿O de que siquiera hubiera tal batalla? ¿O de que incluso se produjera una invasión musulmana en el año 711, como repiten todos los manuales de historia desde hace siglos en España? Este detalle tan trascendente para la historia europea no aparece en ningún documento que se haya conservado de la misma época, ni siquiera del mismo siglo. Hasta más de cien años después no se empieza a nombrar dicha invasión, y habrá que esperar varios siglos más para fijar sus detalles más importantes. Por supuesto, sabemos con seguridad que a finales del siglo VII la península estaba dominada por un reino visigodo y que aproximadamente un siglo más tarde se había transformado en un estado musulmán. Sin embargo, no tenemos ninguna certeza acerca de cómo se llegó de una situación a la otra. Pero esa laguna era inaceptable para los reinos cristianos del siglo X. Necesitaban un pasado glorioso sobre el que fundamentar su identidad. Y como no recordaban los detalles o estos eran poco heroicos para glorificar sus orígenes, se lo inventaron.

Algo parecido sucede con el famoso asedio romano de la ciudad de Numancia y el suicidio masivo de su población que prefiere la muerte antes que rendirse al yugo del invasor. No existe ninguna evidencia arqueológica de ningún asedio ni de ningún suicidio colectivo en los estratos del yacimiento de Numancia. Y el historiador romano Polibio, la fuente sobre la que se ha construido el mito, ni siquiera estuvo allí. En realidad, independientemente de lo que ocurriera, lo más interesante es contrastar otros asedios y otros suicidios colectivos en la historia romana ocurridos en Hispania (Sagunto, Medulio en Gallaecia, Estepona, Contrebia) y fuera de la península (Masada, en Palestina, Thala en el norte de África). Todos cortados por el mismo patrón. ¿Cómo se explica? Por las fuentes. Quienes nos cuentan estas historias son historiadores romanos entre el siglo I a. C. y el II d. C. que se leen entre ellos. Y nos muestran, a través de lo que muy probablemente nunca sucedió, cómo se veían a sí mismos y a los demás. Por una parte, los escritores romanos quieren dejar claro que los enemigos de Roma son formidables, de modo que las victorias sobre ellos son aún más valiosas; por otra, informan a sus lectores de que el valor de los bárbaros es irracional y desordenado, digno de admiración pero tranquilizadoramente suicida. Eso es todo.

Miguel-Anxo Murado

Los historiadores son escritores. Relatan la historia desde un punto de vista literario, utilizando recursos que puedan encajar con sus propios prejuicios y expectativas y con los prejuicios y expectativas de su público. Relatar la historia es transformarla en algo previsible, introducir la interpretación de los hechos en unos moldes preestablecidos que la hagan comprensible. Pero la historia nunca es previsible, nunca sigue un patrón lógico. La lógica se la damos a posteriori para poder comprenderla mejor. Un ejemplo muy claro es la idea de la reconquista. Hoy en día estudiamos que fue un proceso que duró ocho siglos. Ocho siglos. Ningún proceso puede tener una lógica histórica de esa magnitud. Y huelga decir que la palabra reconquista no se utilizó nunca en su período, fue una denominación posterior para agrupar la evolución política de la geografía de la península en un relato comprensible. 

Por eso algunos errores del pasado nos parecen tan tontos, tan evitables. ¿Cómo no se dieron cuenta? ¿Cómo no aprendió Hitler de Napoléon en su campaña rusa? La historia, contrariamente a lo que se dice habitualmente, no nos enseña gran cosa. Pensar que siempre se repite, que todos vivimos en ciclos permanentes es una ingenuidad parecida a creer en la veracidad de la batalla de Covadonga o en el valor suicida de los numantinos. Los hombres que nos transmiten la historia basan sus relatos en el escepticismo y en la imaginación. Algo parecido pasa con la historia privada de las personas. Todos nos pasamos la vida modificando de manera más o menos inconsciente nuestros recuerdos para que se adapten a nuestras necesidades psicológicas, a la imagen que tenemos de nosotros mismos y de los demás. El escritor Sergio del Molino hizo un comentario que me encanta sobre esta cuestión: cuando las cosas van bien, los matrimonios cuentan la misma versión de las cosas que les pasan. Cuando van mal, cada uno cuenta una historia distinta basada en los mismos hechos. Al final, la historia es una forma erudita y colectiva de la actividad diaria de manipular recuerdos. 

Los historiadores son escritores de relatos más o menos ficticios, y además, utilizan la versión de la historia que cuentan para tratar de imponer su ideología. La historia es un combate entre narrativas en conflicto en el que gana la que cuenta con más poder para imponerse. Sirvan como ejemplos el ensalzamiento de la grandiosa arquitectura visigoda (inexistente) por parte de los arqueólogos franquistas para mayor gloria de España o bien la publicación del gigantesco Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, subvencionado con fondos públicos, cuya publicación en 2011 desató un escándalo internacional, tanto por la pésima calidad de muchas de las voces como por su intento evidente de reescribir la historia de España reivindicando y normalizando en lo posible el franquismo. 

Este libro no pretende negar los hechos históricos sino demostrar que, en realidad, la inmensa mayoría son indemostrables y que lo que consideramos generalmente como verdades históricas son puras invenciones. 

domingo, 10 de agosto de 2014

LAS CUATRO ESTACIONES DE ATENAS

Grecia ha cambiado. En los últimos seis años, Atenas ha sido el escenario de una violencia que no se vivía desde los años setenta. Manifestaciones insistentes y multitudinarias en la plaza Syntagma que terminan invariablemente con gases lacrimógenos, cargas policiales y decenas de heridos; ataques a inmigrantes cometidos por simpatizantes neonazis de Aurora Dorada, y quizá la mayor violencia de todas: los recortes exigidos por la Troika para salvar al país, que han sumido en la pobreza a una cuarta parte de la población griega. 

La pobreza se nota en las calles. Se ve en las colas crecientes de la beneficencia, se respira en el humo tóxico que envuelve la ciudad de Salónica en invierno, donde ha cerrado una de cada tres tiendas y las chimeneas han dejado de ser un capricho decorativo en las casas de clase media para, a falta de dinero para el gas o la electricidad, tratar de calentar los hogares como hace medio siglo. Con el cierre abrupto de la televisión pública en junio de 2013, como un efecto más de los recortes, la categoría de lo inimaginable ha dejado de existir para los griegos, que ven cómo la deriva autoritaria de su gobierno coincide con la tendencia europea y es respaldada por quienes apuestan por la austeridad a costa de cualquier sacrificio. Con esta austeridad por bandera, tratan de vender a los griegos una idea de desarrollo basada en la opresión, la tristeza y la sumisión, y lo más terrible es que puede que lo estén consiguiendo. En los dos últimos años las protestas han decaído, pero no porque la situación haya mejorado, como dice el gobierno, sino porque la gente se está acostumbrando a una nueva forma de vivir. Vivir con menos. Vivir sufriendo. Sobrevivir. Es una victoria del capitalismo neoliberal y una derrota de una sociedad que baja la cabeza porque la ilusión se está perdiendo.

Este libro habla de política, de cómo lo inadmisible se convierte en lo cotidiano, de la debacle económica y social de un país aplastado por los recortes europeos, un país que está pasando de la furia generada por la esperanza a la desidia que trae la falta de resultados. Pero sobre todo habla de su gente, cuentas las historias que se esconden detrás de la Historia con mayúscula que algún día aprenderemos en los libros. Esta Historia se resumirá probablemente en dos líneas: desde 2008 Grecia vivió una larga recesión que sumió en la pobreza a una cuarta parte de su población.


Para entender cómo ha podido desmoronarse un país de esta manera, Mariangela Paona nos cuenta pequeñas historias individuales de personas que han vivido y sufrido esta crisis directamente. En estas páginas hay modelos de máscaras antigás que lucen en los escaparates de las tiendas del centro de Atenas, colas de beneficencia sólo para griegos organizadas por Aurora Dorada y la olla de treinta litros que el parado Constas pasea por la ciudad para repartir comida a todo el mundo, médicos que cobran sobornos para atender a pacientes y médicos que montan ambulatorios improvisados para atender a inmigrantes sin papeles y a griegos sin seguro sanitario, neonazis que amenazan y asesinan y todos los griegos que se enfrentan a ellos. 

Después de perderse en la maraña de artículos y libros sobre la crisis griega, leer Las cuatro estaciones de Atenas es encontrar los hilos que unen toda la información para poder ver con la perspectiva necesaria un cuadro más coherente del terrible saqueo financiero que ha sufrido Grecia y de las consecuencias directas para su población. 

jueves, 7 de agosto de 2014

LOS HIJOS

Desde la época en que nació la mafia siciliana para defender al pueblo de los abusos y arbitrariedades que cometían los soldados al servicio de la corona española, hace ya siete siglos, hasta las sastrerías de París y de Ocean City en Estados Unidos donde demostraron su buen hacer dos antepasados del autor, Antonio y Joseph a principios del siglo XX, Talese demuestra en este libro su gran categoría de periodista con su mirada sobre las historias de los millones de emigrantes italianos que se vieron obligados a cruzar el Atlántico en busca de otra vida más digna, con menos miseria, y su retrato brillante de un país y una época como si fuera una novela.


Las trincheras de la Primera Guerra Mundial y la primera fábrica de ese veneno llamado amianto cuyos efectos devastadores para la salud eran aún desconocidos, son un hilo conductor que nos lleva a la Segunda Guerra Mundial. La colaboración de los mafiosos para conseguir la derrota italiana en algunas batallas decisivas es realmente asombrosa y personajes como Garibaldi, Mussolini, Joe Di Maggio, Lucky Luciano o Sinatra se mezclan con la historia de varias generaciones de antepasados del autor.

Lazos de sangre, desencuentros, miserias materiales y morales, tensiones políticas y vínculos con un pasado que se desvanece y un futuro lleno de promesas. 

Una lección de historia amena que nos da las claves de tantos enigmas sobre la historia de Italia. Necesaria.

lunes, 4 de agosto de 2014

EL LIBRO DE MI DESTINO


¡Cuántos libros como éste necesitamos para conseguir interiorizar el gran problema de la igualdad entre hombres y mujeres!

Parecería que en algunos países hemos avanzado mucho pero, aunque es cierto, también lo es que nos queda mucho camino por recorrer.
En esta historia está retratado un país, Irán, de donde procede la autora, (podría ser otro cualquiera donde se apliquen con rigor las normas y costumbres islámicas), aunque no sólo en los países islámicos las mujeres son discriminadas y maltratadas hasta la saciedad. En América Latina, y especialmente en Centroamérica, el número de violaciones y feminicidios es abrumador y el acceso a la enseñanza de las mujeres es interceptado desde la niñez, en aras del cuidado de la familia. 

La protagonista inicia la historia cuando es una adolescente y, camino del instituto, se cruza con la mirada de Said, un ayudante de farmacia con el que apenas intercambia miradas y algunas breves palabras, suficiente para que sus hermanos se ensañen con ella hasta la crueldad más extrema. Dice ella que "quien te ama te puede matar" y es una expresión literal, por culpa del fanatismo que procede en buena parte de la ignorancia, esa que por todos los medios ella intenta eliminar de su vida estudiando a pesar de las dificultades que el destino le pone en su camino.

Desde los años 70, tiempos del Sha, la revolución y la guerra que se llevan a marido e hijos van trazando el camino de una muchacha a la que su familia obliga a casarse con 16 años y debe cargar con la responsabilidad de criar a sus hijos sola, mantener a su familia con su trabajo y soportar la ejecución del marido y el exilio de sus hijos.

Saniee es socióloga y publicó encuestas diversas que nadie leía, lo que la impulsó a escribir esta novela que fue un bestseller en su país hasta que el anterior presidente Ahmadineyad lo prohibió. Un dato inquietante es que un 70% de las mujeres viudas reconocen que no se volverían a casar en contra de la opinión de sus hijos y estos, aún hoy día, no aceptan el derecho tan evidente de rehacer su vida. Los hombres sí pueden pero las mujeres no.

Un dato que anima a pensar que en el futuro, ojalá cercano, las cosas puedan cambiar es que hoy el 67% de los estudiantes universitarios son mujeres. La educación debería ser la llave que cierre la puerta a tanta injusticia pero el precio que llevamos pagando tantos años es excesivamente elevado.