martes, 23 de abril de 2013

¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!

¡Feliz día del libro!
Para nosotros este es un día muy especial.  Es como si fuera nuestro cumpleaños, celebramos estar aquí, trabajar en este lugar privilegiado rodeados de libros, rodeados de historias maravillosas conocidas y por descubrir, de vidas enteras escondidas bajo las tapas de los libros. Y celebramos también que vosotros, lectores, vengáis hoy con esa ilusión de regalar una o varias de esas vidas, que compartáis una historia y unas risas con nosotros y os dejéis seducir y convencer por alguna recomendación, descubrir ese libro especial que no sabíais que estabais buscando.
Gracias por vuestro entusiasmo y vuestras ganas de seguir soñando historias.
¡Feliz día del libro!

martes, 16 de abril de 2013

EL MALENTENDIDO

Con cada nuevo libro que nos llega, la figura de Irène Némirovsky se engrandece. Con este que acaba de salir, ya son once los libros traducidos al español de esta autora (¡qué maravilla que quede casi otra docena por traducir!), y siento que cada uno de ellos es una nueva estela de un mosaico subyugante, un color, un elemento nuevo que añadir al cuadro de una obra que a medida que se nos revela, se va mostrando más compleja, más llena de matices y sutilezas.
Némirovsky escribió este libro en 1926, con apenas 23 años, meses antes de casarse con Michel Epstein, en una unión que aparentemente fue feliz a lo largo de toda su vida. Y es su juventud lo primero que desconcierta, esa increíble capacidad de profundizar en la relación de dos personas que se aman pero no logran encontrar la distancia o la intensidad o la generosidad necesarias para convertir ese amor en una felicidad. Es como si con 23 años, la joven Irène hubiera vivido ya varias veces una historia así, como si hubiera acumulado durante años, relación tras relación, todos esos sentimientos confusos e ingobernables y hubiera alcanzado la sabiduría y la clarividencia necesarias para modelar su experiencia en una obra de ficción. Aunque quizá no fuera así, quizá tenía el don de comprender la complejidad humana a la primera y la intuición literaria para despojar a sus personajes de todos sus pudores y mostrar sus pasiones y miserias en toda su desnudez. Después de leer Suite Francesa, en realidad pienso que Irène Némirovsky no necesitaba perspectiva para comprender las cosas, le bastaba vislumbrar un solo instante una situación humana, fuera cual fuese, para atrapar su verdad oculta y que de inmediato surgiera en su cabeza una escena, un argumento, la trama de una tragedia y de una novela entera.
Esta su primera novela es la historia de una pasión desigual, de una mujer que ansía lo sublime, la ternura infinita y todas las palabras de amor, y de un hombre que busca seguridad, algo a lo que aferrarse en un mundo que se derrumba bajo sus pies. Es la historia de un incendio, de un deseo inmenso que se muere de amor y renace en la indiferencia, y a los dos besos vuelve a morirse de nuevo para volver a nacer quién sabe bajo qué forma o con qué sonrisa escéptica en los labios. Es la historia de una confusión, del terrible malentendido que se crea al pensar que siempre merecemos lo que ansiamos, que si cerramos los ojos con la suficiente intensidad para pedir un deseo, éste siempre se hará realidad.

domingo, 14 de abril de 2013

MÚSICA DE CÁMARA

Rosa Regás ha merecido con esta novela el Premio Biblioteca Breve 2013, una historia comprometida políticamente e iluminada por una potente historia de amor que actúa de bálsamo y nos deja al final un buen sabor a pesar de los entresijos.

La primera parte transcurre en la Barcelona del año 1949, época oscura, triste, de miseria no solo material sino también moral, especialmente en la burguesía catalana en connivencia con la dictadura franquista y la jerarquía católica, donde el dinero no faltaba nunca por las prebendas que esos estamentos disfrutaron. La segunda parte en 1984 nos ofrece el retrato completo de los dos protagonistas, Arcadia, hija de exiliados republicanos y Javier, hijo del primer alcalde que tuvo Barcelona, en un reencuentro en el que las reflexiones políticas y morales dan profundidad a este relato que consigue diseccionar el ambiente de aquella España compleja en transición.

Valor añadido son muchos datos que las generaciones posteriores desconocen en buena medida de una historia de España contemplada desde las dos partes con pasión.

sábado, 13 de abril de 2013

EN LA CORTE DEL LOBO y UNA REINA EN EL ESTRADO

Con su trilogía sobre el reinado de Enrique VIII, Hilary Mantel está revolucionando el panorama de la novela histórica. De momento ha publicado los dos primeros volúmenes (el tercero está previsto para el 2014), y ya ha hecho historia al ser la primera escritora galardonada con dos premios Man Booker. Y la verdad, tengo que decir que se los merece.

Ha escogido al principal ministro del rey, Thomas Cromwell (antepasado indirecto del más famoso Oliver Cromwell), para descubrirnos a través de sus ojos una de las épocas más turbulentas, sangrientas y trascendentes de la historia de Inglaterra.

Este Cromwell nunca había sido objeto de mucha atención por los historiadores; permanentemente a la sombra, su figura tenaz y escurridiza, eficaz como nadie en anticiparse a los deseos más turbios del rey, había sido comúnmente eclipsada por otras más estelares como la de Ana Bolena o Tomás Moro. Y aunque es cierto que su presencia en los asuntos de estado duró apenas quince años, fue el poder en la sombra más influyente de toda una generación, y el verdadero artífice, entre otras muchas cosas, de la caída de Ana Bolena y la erradicación del poder de la Iglesia Católica en Inglaterra.




A través de los ojos de Cromwell, Hilary Mantel nos abre el telón de un Londres en plena ebullición: aspiramos los olores más variopintos (la mayoría casi insoportables) de los mercados y las calles adyacentes al Támesis, oímos los suspiros de las damas de la corte al leer una nota de amor entregada a escondidas y los gritos furibundos de todo un pueblo contra esa Bolena a la que todos ya llaman "la puta del rey", vemos una corte siempre pendiente del humor de un rey tirano y errático, sofocada y temblando en su jaula de oro, conspirando, mintiendo y traicionando para poder seguir viviendo un día más.

Y por encima de todos, por encima incluso del rey, la inteligencia asombrosa de nuestro Thomas Cromwell, moviendo los hilos de todo el país, como en una representación de marionetas, sin olvidar ni un solo instante que el capricho sanguinario de su rey puede convertirle en una marioneta más, sacarle del escenario y cortarle también a él su brillante cabeza.

Apasionante y brillantemente escrita, esta trilogía no ha hecho más que reavivar mi absoluta devoción y fascinación por la época de los Tudor.




martes, 2 de abril de 2013

LA LLAVE DE SARAH

París, 16 de julio de 1942. Son las cuatro de la mañana y toda la ciudad duerme. Toda la ciudad excepto los 9000 policías franceses que ya se dirigen a las direcciones proporcionadas por la Prefectura donde van a detener a más de 12000 judíos en la mayor redada en Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
Sarah es una niña de diez años que se despierta sobresaltada por unos fuertes golpes y gritos de policías en la puerta. Son voces francesas, no alemanas, así que no tiene demasiado miedo, pero al levantarse y ver a su madre llorando y temblando junto a la ventana, echa a correr y esconde a su hermanito de cuatro años en un armario oculto, cerrándolo con una llave que se mete en el bolsillo. "En unas horas vuelvo a buscarte, no hagas ningún ruido", le dice, sin saber que ese acto cambiará su vida y la de su hermano para siempre.

He leído esta novela sin parar, casi sin respirar, en uno de estos días de Semana Santa, oyendo llover y llover contra la ventana, totalmente absorbido por la historia. Es admirable cómo los franceses se enfrentan con los actos criminales de su pasado, en este caso, la participación activa del gobierno de Vichy y de la policía y administración francesas en el genocidio de los judíos residentes en Francia, sin rubor, sin disputas ideológicas, a diferencia de España, que parece incapaz de hacer un ejercicio de memoria histórica valiente y sincero.
La escritura de Tatiana de Rosnay es sencilla, sin grandes pretensiones ni sutilezas, pero enormemente eficaz a la hora de contar esta historia sobrecogedora y emocionante. Este es uno de esos libros con los que aprendes algo del pasado que profundiza y sensibiliza tu percepción del presente y espero, del futuro.