miércoles, 18 de junio de 2014

DIEZ VECES SIETE

Con un lenguaje un poco tosco y provocador, esta estupenda periodista que es Maruja Torres, en ese momento clave de su vida que es cumplir 70 años, hace un balance y una reflexión de toda una época apasionante.


Los entresijos de un periódico, en este caso El País, donde trabajó treinta años y donde la deriva de sus dirigentes ha propiciado la salida de tantos buenos periodistas, son relatados minuciosamente con anécdotas personales directas. Pero a pesar de que dedica unas cuantas páginas a este tema, para mí lo más interesante está en el relato de sus experiencias en Oriente Medio, su amor por Beirut, las relaciones personales tan entrañables que ha vivido en sus viajes, la decepción por el desenlace de esa Primavera Árabe que tantos soñamos como un nuevo tiempo de esperanzas e ilusiones y también su trayectoria familiar.


Nacida en Barcelona, procede de una familia murciana o, como se dice allí, charnega, desestructurada por el alcoholismo y la violencia de un padre al que siempre denomina como "el paisano", que la abandonó con siete años y la dejó con una madre, víctima pero también maltratadora, quizá como recurso de supervivencia, y con la que tuvo una relación muy complicada hasta su muerte.
Otras relaciones felices, con intelectuales como Ana Mª Moix, su hermano Terenci, Diego Galán y otros muchos buenos compañeros de profesión con los que tuvo la oportunidad de compartir tantas experiencias en viajes tan interesantes, hacen de esta autobiografía un recorrido, también con pinceladas políticas, por la mitad del siglo XX y lo que llevamos del actual.

domingo, 15 de junio de 2014

EL MÉTODO DEL COCODRILO

Hay un hombre viejo caminando por las calles oscuras de Nápoles. Nadie le ve, nadie le oye, porque no es nadie. Los transeúntes viven hacia dentro, mirando hacia sus propias preocupaciones, nadie se fija en nadie, Nápoles es una ciudad con mil muros, en la que cada persona es una extraña para el de al lado y para sí misma. 
Hay un hombre viejo que no para de hacer cálculos y comprobar horarios. Tiene una pistola y un propósito. Vive escondido entre la multitud, se seca las lágrimas desprendidas involuntariamente de su ojo izquierdo con pañuelos que luego olvida en los lugares del crimen. 
Hay un hombre viejo que escribe cartas de amor a una persona inalcanzable, mientras planea su venganza, a la vista de todos y escondido por todos. Le llaman el cocodrilo, por sus lágrimas falsas y por su sangre fría. Y es verdad que ya no siente nada.
Hay un hombre viejo al que ya no le importa salvar a nadie ni que le salven. Ya no le importa nada. 

"El método del cocodrilo" es el primer libro de Maurizio de Giovanni ambientado en un Nápoles actual. Hasta ahora, todas las novelas de este autor que nos habían ido llegando estaban protagonizadas por el maravilloso y enigmático comisario Ricciardi y transcurrían a principios de los años treinta. Novelas intensas y melancólicas de las que di me entusiasta opinión en este post
Con este cambio de época, pasamos de la sordidez del Nápoles fascista a una ciudad donde el primer sospechoso de cualquier asesinato siempre es la Camorra. Pero no perdemos nada con el cambio de protagonista: el inspector Giuseppe Lojacano, trasladado desde Sicilia por una acusación falsa de vender información a la mafia, no tiene nada que envidiar al comisario Ricciardi. De hecho, podría ser su nieto o su bisnieto, porque ambos comparten la melancolía, una ternura insólita agazapada detrás de su fachada imperturbable y un dolor sordo proveniente de su pasado en el que se esconde una inocencia asustada y temerosa de los sentimientos. 
De Giovanni tiene el don de hacer que sus personajes pasen a formar parte de ti y te lleven como en volandas por sus miedos, sus alegrías y sus frágiles esperanzas. Y tiene el don de cerrar sus libros como si hubiera envuelto su historia para regalo, con mimo y con mucho cuidado, prestando atención a todos los detalles, el dobladillo del papel, la longitud y colocación de las pequeñas tiras de celo, todo presentado con sobriedad, elegancia y mucha delicadeza. No son dones muy comunes.



viernes, 13 de junio de 2014

BAJO LA MISMA ESTRELLA

Este libro es un secreto, una bomba oculta, las chicas se lo llevan con ansia y alegría, y los chicos, casi siempre para regalar (pero no siempre), me lo piden con una sonrisa tímida pero no avergonzada, con esa sonrisa de "tú sabes lo que quiere decir que regale este libro y sí, mejor no digas nada, es demasiado bueno". Tanta devoción lleva picándome la curiosidad meses y meses, y ahora, cuando acaba de traducirse un nuevo libro del autor, he dicho "hasta aquí, se acabó, quiero saber ya lo que hay detrás de tantas sonrisas enigmáticas, tengo que leerlo".

El título original es The fault in our stars (que alguien me explique, por favor, por qué lo han traducido así) y es una cita de Shakespeare que, en su contexto, dice: "La culpa, querido Brutus, no está en nuestras estrellas, sino en nosotros mismos, que consentimos ser inferiores." Y los personajes se plantean de una forma sorprendente cómo luchar y no bajar los brazos ante la idea de que todo está escrito y estamos predestinados por nuestras estrellas a sufrir o a amar o a morir de determinada manera.

Literatura juvenil, drama y comedia y mucho amor, por lo tanto, presumiblemente y perdón por el prejuicio, no muy buena literatura. Para estos casos, si no me da mucha pereza, opto por cogerlo en la versión original, y así, además de moverle un poco el esqueleto a mi inglés anquilosado, no percibo tanto la simpleza o la sutileza de la calidad literaria. 
Literatura juvenil, sí, pero en realidad para cualquiera. Cualquiera que no tenga lisiado el sentimiento y quiera introducirse en la piel de dos adolescentes con cáncer que viven una maravillosa y rara e inverosímil historia de amor. Hazel Grace es una chica de dieciséis conectada a un respirador, un milagro médico, debería llevar casi tres años muerta y sin embargo aquí la tenemos, mordiendo la vida, dejando que un tubito le achique el agua de los pulmones cada pocas semanas, y buscando algún sentido en las estrellas para tanto sufrimiento. En las estrellas y en su libro favorito, An imperial affliction, quinientas páginas sobre una niña con cáncer y sus reflexiones filosófico-deprimentes o filosófico-honestas sobre la realidad y las perspectivas de una vida así. Un día, en un grupo de apoyo, se encuentra con Augustus Waters, que no para de mirarla, sin pestañear, un chico de diecisiete que ha salido vivito y coleando de un osteosarcoma, aunque con media pierna menos y media sonrisa torcida. Una sonrisa que decidirá sus vidas ya desde el primer instante. 
Juntos vivirán una de esas pasiones luminosas y dolidas que sólo se viven cuando todo aún es un comienzo, cuando el único miedo que se tiene es a hacer demasiado daño a los demás, a convertirse en una granada siempre a punto de explotar y dejar heridos para siempre a toda la gente que te quiere. Hazel y Augustus temen no poder dejar a su paso más que cicatrices en vez de huellas y aun así apuestan por un amor improbable, casi condenado desde el principio, un amor temeroso y excéntrico y divertido y un poco desesperado que los llevará a hacer las locuras cotidianas que nosotros hacemos a diario y que para ellos son auténticas hazañas. 

Es un libro sencillo, fácil como todas las historias de amor trágico. Pero también es un libro-granada lleno de frases y sentimientos que pueden explotar con cualquier movimiento un poco brusco de las emociones del lector. Cuando nos enamoramos, elegimos a quien darle el poder de hacernos daño. Y ahí está la clave y el significado del amor, del olvido, de las cicatrices y de los recuerdos. Que la persona de nuestra elección sepa manejar ese poder y esté a la altura de su suerte. Y de su responsabilidad.


martes, 3 de junio de 2014

EL JILGUERO

La tercera novela de Donna Tartt, El jilguero, ha ganado el Premio Pulitzer con todo merecimiento y ha sido nominada para el premio que otorga el Círculo Nacional de Críticos y la Medalla Andrew Carnegie.
Monumental obra, no sólo por el número de páginas (1142) sino por la maravillosa descripción de los diversos mundos, sus temas no pueden ser más actuales en la sociedad occidental en la que vivimos: violencia, drogas, relaciones entre padres e hijos, amistad, valores universales puestos en el momento actual.

Sucede en Estados Unidos y el inicio es la descripción minuciosa de un atentado terrorista en un Museo de Nueva York, donde se encuentran Theo, un muchacho de 13 años y su madre. La madre muere, Theo queda herido y "rescata" el cuadro "El jilguero", una tabla holandesa del Siglo XVII que se convertirá en su obsesión.

El primer episodio es la vida de Theo con su madre y la presencia de un padre alcohólico que les abandona. Cuando muere su madre, éste elige mudarse a casa de un compañero del instituto, su mejor amigo, que pertenece a una familia rica y numerosa donde transcurre la primera parte del duelo que le va a acompañar durante toda su vida. Un segundo episodio se inicia con la presencia de su padre, que al enterarse de la muerte de su mujer, reclama y consigue la custodia de su hijo, llevándoselo con él a Las Vegas. Allí vivirá en un ambiente depravado, delictivo, de drogas, juego y violencia, donde se encontrará con Boris, ucraniano, inmigrante, compañero de clase y un personaje interesantísimo, lleno de matices, y también con un padre violento y alcohólico que ha vivido en muchos lugares del planeta. Dos adolescentes que luchan por sobrevivir al duelo por la muerte de sus madres respectivas y al despropósito de la violencia de sus padres.

La trama sigue con la muerte por accidente del padre y la vuelta a Nueva York en el cuarto mundo representado por un anticuario, el más noble de los personajes, que restaura muebles y acoge en su casa a Theo, ofreciéndole el único punto de apoyo para construir su vida, marcada por su madre, el cuadro y un amor platónico por Pippa.

Hay picos de una intensidad que nos deja sin aliento y una resolución creativa con páginas llenas de sabiduría. Una lectura que se hace corta porque te hace vibrar y vivir y al tiempo relativizar tu propia existencia, ofreciéndonos unas reflexiones muy interesantes.