En ratitos sueltos en la librería he leído este cómic. Absorto. Emocionado. Como dice mi madre, han sido momentos diamante. Los momentos que quedan brillando en la palma de la mano cuando retiras todo ese tiempo del día en el que no pasa nada digno de recordarse. Gracias, Bef, por este libro diamante.
María es una niña con autismo. Y como la mayoría de autistas, habla poco. O mejor dicho, pronuncia pocas palabras. Porque hablar habla todo el rato. Habla a través de las lágrimas de alegría de sus padres, cuando la sostienen en la sala de partos, todavía sucia y arrugada, añorando su cálido hogar perdido. Habla a través del desconcierto de su madre, que mira a su bebé de dos años y le pregunta: ¿cuándo vas a hablar, María? Habla a través del desconcierto de sus padres, de sus miedos cuando ella no presta atención o tarda en aprender a caminar. De su soledad cuando salen de la consulta del doctor tras escuchar por primera vez esa palabra, autismo, y el precipicio que proyecta en sus futuros imaginados.
Esta es una historia de amor. De fragilidad dolorosa y de desconcierto. El autor abre con valentía una puerta que apenas alcanzo a comprender pero a la que me he asomado con emoción porque el paisaje que proyecta me parece bellisimo. Bellísimo y aterrador. Como las mejores historia de amor, supongo.
Me ha recordado a aquel cómic inolvidable titulado Una posibilidad (Astiberri). A esos padres siempre dispuestos a recogerte como las ramas de un árbol en el que siempre puedes confiar. Hay dudas, hay bondad, hay alegría. Y sobre todo prevalece la voluntad de recorrer ese camino, por duro que sea. Día tras día. Y exprimir su belleza hasta la raíz. Día tras día.
El autismo se manifiesta de muchas formas. Algunas de ellas son:
-La incapacidad para conectar con los demás
-No mirar nunca a los ojos.
-Desarrollo neuronal diferente.
-Poco interés en comunicarse.
-Percepción del mundo no de forma global sino generalmente a través de sus detalles.
-Escasa interacción con los demás.
-Sensibilidad aguda ante estímulos visuales, gustativos y auditivos.
Hay muchas formas de explicarlo. Hoy me quedo con la que el autor escogió para responder a un chico en una conferencia: "Imagínate que el mundo es una gran orquesta sinfónica y que todos tocamos un instrumento tradicional. Las personas con autismo tocan instrumentos exóticos, afinados en otras escalas. Sin embargo, producen una música hermosa. Una música que no estamos acostumbrados a escuchar".
Muchas gracias por leerme y por tus palabras. Las atesoro.
ResponderEliminarGracias a ti, Bef, por este cómic tan especial. Nosotros también lo atesoramos.
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