Hace poco, no sé si P. o yo pronunciamos la palabra ominoso y, como buenos filóloga y librero, nos pusimos a darle vueltas a sus posibles significados. ¿No os pasa que ciertas palabras difíciles de definir proyectan imágenes muy claras en vuestra cabeza, o colores, o incluso sonidos? A mí me pasa con ominoso. Azul oscuro sucio casi negro. Una calle oscura de madrugada y la sombra de tres hombres acercándose por tu misma acera. La chirriante y rítmica música de cuerda de Psicosis, que lo mismo semeja las puñaladas que los gritos. Eso es ominoso para mí. Cualquier cosa sombría que prometa más sombra. Y eso es esta novela.
La protagonista y narradora es una mujer que viaja con su marido a resolver un crimen. A eso se dedican ambos. A los asesinos en serie. Ella los estudia y él los atrapa. Y resulta que ha aparecido un posible caso en el pueblo del Pirineo aragonés del que ella salió huyendo de adolescente. Su intención inicial es acompañar a su marido al pueblo de sus pesadillas y, mientras él resuelve el crimen con su eficacia habitual, contribuir a su trabajo desde la habitación del hotel, como una detective victoriana. Sin embargo, en el fondo siempre ha sabido que acabaría metiéndose de lleno en todos los problemas, "en el fango de la muerte", hasta aclarar el asunto por sí misma.
Esta es la historia de una espiral de obsesión en la mente de la protagonista que va creciendo y creciendo hasta hacerla perder el contacto con la realidad, la prudencia, la sensatez e, incluso, el instinto de supervivencia. Me ha recordado mucho a las novelas de Gillian Flynn, Perdida y Heridas abiertas, con sus mentiras y manipulaciones psicológicas y secretos turbios del pasado que les explotan a los personajes cuando menos se lo esperan. Y esas madres narcisistas, por favor: ("eso lo aprendí cuando era muy pequeña: si le daba la razón a mi madre, lo único que conseguía con ello era hacerla cada vez más y más grande, y yo sabía que, si ella crecía un poco más, tarde o temprano me haría desaparecer del todo"). Tiene todos los ingredientes del buen thriller psicológico: es perverso, retorcido y te acelera el pulso. Una novela de agarrarse al sofá.
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