La verdad es que este año lo tuvimos claro muy pronto. Leímos libros tan fantásticos durante el primer semestre, que para el verano esta lista ya estaba casi cerrada, a la espera de las sorpresas que nos pudiera deparar la recta final del año. Y sorpresas ha habido, por supuesto. Por ejemplo, la de un Hermanito que nos ha llevado a un viaje maravillosamente aterrador y que nos ha robado el corazón. O la de una campiña inglesa en la que desaparecer con la exquisita escritora de misterio Josephine Tey y aprender si es verdad que se puede a la vez amar y ser sabio. En esa misma campiña ya nos habíamos emocionado hasta las lágrimas con la familia de Shakespeare, y, cruzando el Canal de la Mancha, nos esperaban más lágrimas, mezcladas esta vez con una risa contagiosa, con la viejecita desmemoriada de Delphine de Vigan. Hemos viajado mucho también por Estados Unidos, recorriendo sus heridas identitarias y el racismo que sigue a día de hoy impidiendo que sigan cerrándose. Y para terminar, nos hemos ido desde un pueblito de Toledo donde una familia se reencuentra, hasta la China de Mao y la guerrilla colombiana, pasando por un vuelo continental que sólo puede explicarse con la ciencia ficción divertida, elegante y facilísima de leer de Hervé Le Tellier.
Siempre lo decimos, pero no está de más recordarlo: pensamos que jerarquizar el gusto es un despropósito. Así que nuestra lista de favoritos, año tras otro, no sólo no es jerárquica (tan bueno es el primero como el décimo) sino que ha estado cambiando hasta el último momento y seguirá cambiando a partir de enero, a medida que vayamos enamorándonos de nuevas lecturas.
Aquí están, por méritos propios, nuestros diez favoritos de 2021.
¡Cosecha Benedetti!
Qué preciosidad de novela. Quizá la más profunda, la más conmocionante de esta lista. Hay poesía y belleza en cada página. En cada paso que nos lleva a la vida de la familia de Shakespeare y de ese hijo, Hamnet, cuya vida perduraría misteriosamente en las tablas de todos los teatros del mundo. Esta es una novela histórica sin batallas ni héroes, sin gestas ni acción. Una novela histórica sin la adrenalina viril de las epopeyas. Está hecha con las entrañas de la intimidad, de lo cotidiano, del dolor de la pérdida y de las emociones salvajes y profundas que, como placas tectónicas, mueven el mundo.
Tres personajes. Casi todo diálogo. Una residencia en la que una viejecita empieza a perder las palabras. Dos jóvenes conjurados a rescatarlas del olvido y contar una historia en la que se reconozcan. Delphine de Vigan ha escrito una novela emocionante, de una sensibilidad exquisita, sobre la pérdida y sobre la necesidad de expresar la gratitud. Sobre la urgencia de rescatar las palabras que nunca nos decimos, esas que siempre se quedan mudas y desordenadas en el borde del pudor, para tendernos las manos y tocarnos y decirnos, al final de todo: gracias.
3. Hermanito, de Ibrahima Balde y Amets Arzallus Antia (Blackie Books, 17,90€).
4. La calle, de Ann Petry (Seix Barral, 21,00€).
La realidad que describe Ann Petry es un abismo aterrador. Un abismo al que la mayoría no estamos dispuestos a asomarnos y que sigue existiendo, maquillado y embellecido por un siglo XXI de aparente progreso, pero en esencia el mismo. Escrita en 1947, La calle vendió más de un millón de ejemplares y se convirtió en un fenómeno social. Es un clásico estadounidense que da un puñetazo en la mesa y grita basta. Basta ya de condenar a las mujeres a esta espiral de violencia. Basta de vender un sueño americano que sólo pueden hacer realidad aquellos que nacen con la piel blanca y muchos ceros en la cuenta del banco.
Esta novela de Jesús Carrasco abandona los escenarios apocalípticos y extraños de Intemperie y La tierra que pisamos y nos sitúa en un pueblo de la provincia de Toledo, uno de esos pueblos de los que la juventud ha desertado y cuyos habitantes ven pasar su vejez rumiando sus reproches hacia esos hijos que no les visitan.
Esta novela te sacude, te zarandea. Porque tras los padres que describe están los padres o los abuelos de casi todos nosotros, hombres y mujeres que esconden tras su natural brusquedad la necesidad de saber que cuando empiecen a perder pie sus hijos van a acudir a sostenerlos, una ilimitada necesidad de apoyo y de cariño que a las generaciones más jóvenes a menudo nos cuesta mucho ver.
6. Volver la vista atrás, de Juan Gabriel Vásquez (Alfaguara, 19,90€).
Hay vidas anodinas que algunos escritores, a fuerza de trabajarlas y darles ritmo y profundidad con su talento, consiguen convertir en obras maestras apasionantes. Y luego hay vidas tan apasionantes de por sí que, para que se conviertan en obras maestras, los escritores tienen como que amansarlas y reducir todos sus relieves para que quepan en la estrechez de la literatura. La historia que contiene este libro es de las segundas. De las que se desbordan, de las que hablan y seducen por sí solas, y Juan Gabriel Vásquez ha tenido el talento y la sabiduría de acompañarla y guiarla en su novela para que nos llegue como si fuera la más exquisita ficción.
Reconocemos que este verano nos ha dado por el noir y la trama detectivesca. En este caso, hemos acompañado al inspector Alan Grant a un pueblito de la campiña inglesa lleno de grandes figuras de la cultura británica, incluida su amiga Marta Hallard, quien le ayudará a solucionar el misterio de la desaparición de Leslie Searle. Como ocurre en la mayoría de novelas de misterio, nada parece ser lo que en realidad es y casi todos los personajes tienen motivos para haber hecho desaparecer al joven y hermoso Searle. Ya son varias las clientas que nos piden novelas de misterio sin muertos y esta es un ejemplo magistral en la que muere un personaje, pero no una persona. Y hasta ahí podemos contar.
Un día de finales de junio de 2021 llega un avión a Nueva York procedente de París. Es el mismo avión que ya llegó a mediados de marzo. Pero el mismo el mismo. Misma tripulación y mismos pasajeros, que creen que están en marzo, porque en marzo se subieron a ese Boeing 787 en París, vestidos de invierno. Han pasado seis horas del embarque y cuando llegan a suelo americano, tras unas turbulencias nada normales, es verano. Y no sólo es verano. Es que nadie puede entender que existan.
¿Qué hace toda esa gente dentro de ese avión llegando otra vez a Nueva York casi tres meses después?
Esta novela nos ha estallado la cabeza. Tanto que ni siquiera sabemos resumirla con coherencia. Y es que coherencia tiene, y mucha, aunque sea tremendamente loca. Está construida a la perfección, como cubos de lego que van encajando unos con otros con naturalidad hasta formar esta escultura fantástica de ciencia ficción.
Relaciones familiares, enfermedad mental, religión y racismo son algunos de los temas de esta novela que hemos disfrutado muchísimo y nos ha hecho escribir y pensar sobre lo que nos hace humanos. Siempre buscaremos ampliar el límite de lo posible, la adrenalina del riesgo, aun a costa de nuestra salud e integridad. Siempre buscaremos el amor de nuestra familia, aun a costa de vivir en una pelea constante. Siempre aspiraremos a algo más, a una trascendencia que nos lleve más allá de este reino animal en el que nos movemos y que nos ata a nuestra fragilidad.
Stella y Desiree Vignes son gemelas con la piel especialmente clara. Sus deseos de ver mundo y escapar a las vidas sin horizontes que la década de los sesenta les depara en Mallard, las impulsan a huir a Nueva Orleans, la gran ciudad, para buscar fortuna. Y pronto se dan cuenta de que su negritud a menudo se reduce a una cuestión de actitud, que para convertirse en blancas de verdad quizá baste con levantar bien la barbilla, mirar a los ojos y taconear fuerte, entrar a la biblioteca pública por la puerta principal como si llevaran toda la vida haciéndolo, vivir como si la segregación fuera un detalle que no les incumbiera. Si para dejar de ser negras basta con fingir que lo son, quizá la tentación de dejar de ser discriminadas acabe siendo demasiado fuerte. Un librazo sobre la identidad racial en un Estados Unidos roto por la discriminación.
Ya estábamos impacientes por leer esta lista, una selección estupenda, como siempre. Quizá alguno que otro viaje en ciertas alforjas que vienen de Oriente...
ResponderEliminarMuchas gracias, Guille.
Eliminar¡Un abrazo y felices fiestas!