lunes, 27 de marzo de 2023

LA CUIDADORA DE PALABRAS. VIDA DE MARÍA MOLINER

¡Qué libro más bonito! Desprende amor y cuidado, una delicadeza especial en cada capítulo y una admiración profunda por esta mujer, recia como el cierzo de su tierra, que realizó en soledad una de las hazañas lingüísticas más asombrosas de la historia de la lengua española. 

María Moliner nació en 1900 en un pueblito de Aragón y se educó en la Institución Libre de Enseñanza, una escuela laica con un modelo educativo revolucionario para la época, donde el aprendizaje activo, el deporte y el contacto con la naturaleza estaban en el día a día de los escolares. Fue profesora desde la adolescencia y pronto aprendió que enseñar y aprender son dos caras de una misma moneda. 

Con 24 años fue la primera mujer en dar clases en la Universidad de Murcia. Allí se casó con un profesor de Físicas de gafitas redondas, bigote poblado e ideas avanzadas sobre la educación y el futuro de su país. Fue vicepresidenta de las Misiones Pedagógicas en Valencia e impulsó la creación de una red de bibliotecas rurales, contando con el apoyo de muchas madres de familia que, a diferencia de sus maridos, creían profundamente en el poder transformador de la cultura. 

Permaneció durante la guerra civil al frente de la Biblioteca Universitaria de Valencia y permaneció también durante la posguerra, a pesar de las represalias del franquismo y de que perdió su puesto como bibliotecaria. Entonces llegó el exilio interior, "la obligación de vivir a medio gas. Permitido respirar, pero no gritar. Permitido pensar, pero no decir. Permitido escribir, pero no publicar. Cree la jerarquía franquista que eso basta para tumbar los anhelos intelectuales de esta mujer. Ignoran que María está hecha de cierzo y de piedra aragonesa". 

Y entonces empieza su gran obra. Un diccionario del uso del español. Un diccionario con el que cuidar las palabras, limpiarlas, acogerlas. "Sabe que si limpia las palabras, si las reordena, estará limpiando y reordenando el mundo; un mundo que desde hace años viene siendo obsoleto, feo y sucio". "Dieciséis años tarda María en escribir su diccionario. Dieciséis años de fichas saltarinas y rebecas grises. Dieciséis años para vestir la lengua española de domingo". 

Acompañado de las bellas ilustraciones de Virginia P. Ogalla, este homenaje de Alejandro Pedregosa a María Moliner conmueve y admira. Su vida es un ejemplo de pundonor, valentía, tenacidad y amor por las palabras. Su legado nos acompaña. La llevamos siempre cerquita con nosotros. Siempre. 


María Moliner







1 comentario: