lunes, 11 de septiembre de 2023

MENOS ES MÁS

No crecer. No tratar de vender cada día más libros como sea. No aspirar a acumular cada año más dinero. No ampliar la empresa. No invertir en publicidad. No "optimizar" mejor los estantes para poner más libros de cara y menos de canto y, reduciendo el stock, vender más bestsellers. No anteponer nunca el beneficio al contenido del producto que lo produce. No ponerse objetivos de ventas. No crecer. Qué disparate, ¿verdad? Papá capitalismo se llevaría las manos a la cabeza. Papá capitalismo quiere que crezcamos sin parar. Nos ha inculcado un apetito voraz. Nos ha enseñado que ese apetito es saludable. Necesario. ¡Imprescindible para la prosperidad del mundo entero! Pero es un apetito que nos va a matar. Y la única forma de sobrevivir es matando a la bestia. 

En esta década larga como librero he recibido consejos empresariales de todo tipo. Y todos iban encaminados a perseguir el crecimiento como objetivo absoluto e incuestionable. He aprendido lo revolucionario que resulta negarse a crecer a toda costa, a invertir para promocionarse y expandir las ventas. He aprendido el valor de quedarse pequeño, accesible, cercano. El valor de lo discreto frente a la economía de la ambición que anhela el crecimiento y la autosuperación constante. 

Comprar menos, poseer menos, vivir con menos. Coger menos el coche. ¡No tener coche! Viajar menos en avión. Necesitar menos. Organizar la economía en torno al bienestar humano, y no en torno a la acumulación de capital. Qué bien lo explica Jason Hickel en este libro. Es algo tan simple. Tan revolucionario. Y tan necesario. 

A partir de un umbral que todos los países de altos ingresos han cruzado hace muchos años, el crecimiento económico no conlleva un progreso social. Es decir, el crecimiento en los países ricos ya no tiene que ver con la necesidad ni la prosperidad humanas. Obedece simplemente a una lógica capitalista de enriquecimiento exponencial de una minoría ultrarrica. Estamos en una crisis de desigualdad creciente que está matando lo de todos para satisfacer al 1% de la población. 

Hay que luchar contra la idea totalitaria del beneficio creciente como único objetivo comercial posible. Y qué difícil es. "El capitalismo está tan aceptado que sus defensores ni siquiera saben cómo justificarlo". Es una idea omnipresente. Pero es una idea que, tal y como está configurada, nos aboca a la extinción. Y hay alternativas. Este libro explica unas cuantas. 

El objetivo se enuncia muy fácil: "Sustituir una economía organizada en torno a la dominación y la extracción por una basada en la reciprocidad con el mundo viviente". Vivimos en un mundo que se muere. Hay que cuestionar las viejas certezas. Todos los días y en todos los ámbitos. Pero especialmente cuando nuestra supervivencia está en juego. No queda otra. Y ya vamos tarde. "Las generaciones futuras volverán la vista atrás y se asombrarán de que supiéramos exactamente lo que estaba ocurriendo, con un nivel de detalle impresionante, y aun así no solucionáramos el problema". 

Para que haya crecimiento tiene que haber escasez. El crecimiento se alimenta de la escasez de la mano de obra, y cuando sube el nivel de vida, va a buscar escasez donde sea para extraer beneficio. No es que al crecimiento le interese la desigualdad para hacer negocio, es que vive de ella. La necesita. Cuanta más desigualdad, más fácil obtener mano de obra barata, más consumismo desesperado por conseguir estatus y calmar la ansiedad, más fácil enriquecerse para los más ricos, mayor extracción de recursos y contaminación, y más destrozo del planeta. Es decir, cuanta más desigualdad, más crecimiento, más cambio climático. Por eso las políticas contra la desigualdad son políticas en favor del decrecimiento y de la supervivencia en la Tierra. 

Muchos defienden el carácter inevitable del capitalismo como un reflejo natural de la voracidad humana. Pero no es cierto. No somos así. Numerosos estudios han demostrado que cuando nos dan a elegir libremente, tendemos naturalmente a compartir y a renunciar a los beneficios individuales si con eso prosperamos como grupo. El problema es que tenemos un sistema político que permite que unos pocos saboteen nuestro futuro colectivo para su propio beneficio personal. Y lo asumimos como una fatalidad inevitable. 

"Durante mucho tiempo se nos ha dicho que el capitalismo y la democracia van de la mano. Sin embargo, la realidad es que es muy posible que sean incompatibles. La obsesión del capital con el crecimiento perpetuo a costa del mundo viviente va en contra de los valores de la sostenibilidad que defendemos la mayoría. En otras palabras, el capitalismo tiende a ser antidemocrático y la democracia tiende a ser anticapitalista". 

"El crecimiento del PIB es básicamente un indicador del bienestar del capitalismo. Que todos hayamos acabado considerándolo una representación del bienestar de los seres humanos constituye un golpe ideológico extraordinario". El decrecimiento es el reto de descolonizar la naturaleza y la mano de obra esclava del capital de la que el 99% somos parte. 

Menos es más es un libro fabuloso. Lo he disfrutado muchísimo, me ha hecho pensar, me ha emocionado, me ha llevado a otros libros. Ha reafirmado muchas intuiciones que ya tenía y las ha convertido en ideas sólidas. Y puedo decir que ha reconfigurado mi forma de entender la economía y cómo esta define el mundo en que vivimos hasta el punto de amenazarlo con la destrucción. Este libro ha cambiado mi forma de ver el mundo y el lugar que ocupamos en él. 





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