Mamá Musaraña es una mamá especial. O quizá no, es una mamá y punto. Especial como todas las mamás. Su hijo Hugo está enfermo, no sabe lo que le pasa. Tiene los pies ardiendo, la frente helada y no para de dormir. El único remedio conocido es la miel de luna, así que se prepara para un pequeño viaje. Cuando Hugo se despierta y le pregunta ¿adónde vas, mamá?, ella le responde: a la luna, pero no te preocupes, será un viaje rápido.
Un viaje rápido que la llevará lejos, muy lejos, a lomos del gran búho, su mortal enemigo, y de una inesperada estampida de pesadillas que, gracias a una dulce canción, logra poco a poco aplacar. Atravesará el valle de las mariposas, aterrizará en una amapola, se enfrentará con decisión a un ejército de abejas que solo saben decir ¡no!, y terminará por descubrir que de los paraguas pueden brotar rayos de luna que indican el camino a casa.
Miel de luna es un cuento precioso para leer con niñas y niños a partir de cinco años, de los que hacen del mundo un lugar mejor, más amable y bondadoso. Invita a soñar y a liberar los caprichos más disparatados de la imaginación. Y es dulce y mágico, como los ojos de una madre y una cucharadita de miel.
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