jueves, 3 de febrero de 2022

OPERÍSTICA

Hay una canción para cada uno. Todo el mundo tiene una canción en su cabeza, una canción privada que sólo le pertenece a él, una canción que es hogar, pureza, descanso, euforia, suavidad. Una canción que le hace ser quien es cuando quiere. "Puede que tu canción persona te sorprenda dentro de unos años. Tal vez suene en un restaurante; o salga de un coche que te cruces mientras caminas por la calle. Y hará que revientes por dentro. Como una pequeña cápsula de recuerdos, llena de versiones anteriores de ti". 

Operísitica es un cómic precioso. La ilustración está tan bien entrelazada con el texto que parece increíble que el ilustrador y la escritora no sean una misma persona. Es alegre, es metafórica, es imaginativa, preciosista, rebelde, tierna. Es una mezcla de caricia y protesta. Y, sobre todo, uno de los mejores homenajes al poder de la música para conectar a las personas que he leído en mucho tiempo. 

En Operística hay un profesor de instituto muy enrollado y muy hippy que piensa que todos tenemos una canción dentro esperando a que la encontremos. Hay un pupitre vacío, una herida azul en medio de la clase que nadie se atreve a mirar. Hay una chica enamorada de Maria Callas y de un chico que sueña con abejas. Hay dramas escolares, homofobia, acoso. Hay miradas que señalan, que se mofan, que desprecian. Con qué poquito un chico termina llorando en el baño, queriéndose morir. Y hay música, música por todas partes, música a borbotones que brota de la voz de Maria Callas, aquella diva inconformista y excesiva que, como la mayoría de los adolescentes, no encajaba en lo que se esperaba de ella y fue tachada de demasiado estridente, demasiado áspera, demasiado intensa, descontrolada, apasionada, turbia, metálica, furiosa, excesiva. 

Hay una canción para cada uno. Una canción que tiembla, como tiembla la voz cuando se le apelotonan demasiadas emociones en la garganta pugnando por salir todas a la vez. Este cómic habla de ellas. De las canciones. Y de las emociones. Y de cómo nos moldean. 





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