miércoles, 11 de mayo de 2016

VICTORIA KENT Y LOUISE CRANE EN NUEVA YORK

Carmen de la Guardia, profesora de Historia de la Universidad Autónoma de Madrid, nos ha hecho un regalo más que interesante con esta biografía de dos mujeres, Victoria Kent y Louise Crane, de las que sabíamos pocas cosas. Por ejemplo, en el caso de Victoria, su trayectoria política en la Segunda República, especialmente al frente de la Dirección General de Prisiones, donde hizo una labor magnífica.

Quizá el hecho por el que más se conoce a Victoria Kent, debido a la repercusión mediática que tuvo, fue su voto contrario en las Cortes, tan controvertido, a la ley que permitía el voto a las mujeres, en contra de la opinión de Clara Campoamor, que consiguió ese codiciado derecho. Victoria era una mujer muy preparada e inteligente, pero de educación conservadora, y consideraba que las mujeres, con una tasa de analfabetismo del 38% en 1931, estaban muy condicionadas por la influencia de la Iglesia y de sus maridos, motivos por los que ella entendía que su voto no era libre.

Louise Crane, quince años más joven que Victoria, fue una multimillonaria neoyorkina, lesbiana, que había tenido varias relaciones sentimentales con mujeres intelectuales tan conocidas como Elizabeth Bishop. Louise había heredado mucho dinero de su padre y, más importante aún, el espíritu generoso de su madre, mecenas de multitud de artistas a los que ayudaron y promocionaron. Fue una de las más importantes colaboradoras del Museo de Arte Moderno (Moma) de New York. Conoció a Victoria en 1950 y ya no se separaron nunca, hasta su muerte. 

Victoria Kent tuvo que exiliarse en París en 1940 tras la Guerra Civil, donde se ocupó de los refugiados españoles, en especial de los niños, colaborando con la Cruz Roja. Los cuatro años que vivió allí los reflejó en su libro Cuatro años en París, publicado en España después del franquismo. Avisada por un amigo, se refugió durante diez meses en la embajada mexicana en París y de allí consiguió llegar a México, donde estuvo dos años dando clases en la universidad. En 1950 llegó a Nueva York y hasta el final de sus días, durante 37 años, publicó la revista Iberia con difusión internacional. Entre ella y Louise consiguieron tejer una red de protección que llegó a miles de refugiados españoles en el exilio, en especial a las mujeres. 

Se relación con personas tan interesantes como Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura, Victoria Ocampo, en Buenos Aires, o Carmen Conde nos sitúa en terrenos que la dictadura franquista silenció, prohibiendo cualquier información relacionada con los movimientos de los republicanos.

Para todos los que amamos la historia y deseamos conocer los hechos ocurridos para situarnos en realidades que nos fueron vedadas, esta biografía es más que interesante.



No hay comentarios:

Publicar un comentario