Había una vez un papá diablo que era feroz y malvado.
Había también una mamá diablo que era fiera y malvada.
Y luego estaba Filbert, su pequeño diablillo, que no es que fuera bueno, era RE-QUE-TE-BUENO.
Un precioso cuento lleno de colorido donde dos monstruos horribles tienen un bebé lleno de bondad que lucha por preservar las diferencias con su familia afirmando su derecho a la propia identidad.
Su encuentro con Florinda, aprendiz de una escuela de ángeles que no se porta suficientemente bien para los cánones, les une en su deseo de preservar su criterio por encima de los hábitos que les han sido establecidos. Bellísimas las ilustraciones de Jimmy Liao, que de nuevo nos hace un regalo para la vista, recordándonos otro relato que ilustró en "El monstruo que se comió la oscuridad".
La literatura infantil se enriquece con estas pequeñas y entrañables obras de arte trasmitidas por un texto y unas ilustraciones muy sugerentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario