miércoles, 13 de marzo de 2024

ALMUDENA. UNA BIOGRAFÍA

La noticia de la muerte de Almudena Grandes me dejó muy descolocado. No me había enterado de su enfermedad y, para mí, era un personaje público tan integrado en mi paisaje interior como las montañas o los parques. Tan necesarios, tan imprescindibles para la salud y la alegría. ¿Cómo podía haberse muerto? ¿Qué montaña, qué parque desaparece? ¿Y qué se hace con el hueco que deja? Mi madre me llamó muy afectada, no recuerdo que la muerte de ningún otro escritor la haya afectado tanto nunca. Fue un terremoto. La vida se había movido, y ahora había que volver a organizar el caos tirado por el suelo. Encontrar un nuevo espacio, otro suelo sobre el que apoyar los pasos desorientados. 

Esta preciosa biografía ilustrada de Almudena Grandes me ha recordado aquellos momentos. Noviembre de 2021. ¿De verdad ha pasado ya tanto tiempo? Recuerdo el acto de despedida como si fuera ayer, Luis García Montero besando su Completamente viernes y la hermosura de toda aquella congoja de amor que reunió a tantísima gente enarbolando ejemplares de sus libros como flores o velas o manos al viento. Y he sentido el impulso de volver a ella, la necesidad de seguir la estela del recuerdo y volver a sus novelas, las que ya he leído y las que todavía no: qué camino más bonito habéis abierto con este homenaje, Ana y Aroa. 

Las palabras de Aroa Moreno Durán y las ilustraciones de Ana Jarén consiguen captar los ecos de una cotidianidad emocionante. Pequeños detalles, escenas íntimas, todo eso que ocurre fuera de los focos y que nos acercan la faceta más entrañable, más secreta de Almudena. Siempre es un placer conocer mejor a nuestros referentes, completar en nuestra cabeza la imagen que tenemos de ellos con los matices que aparecen en sus obras. Se me ocurren pocos referentes culturales, literarios y activistas más claros que Almudena Grandes. Pocos focos más potentes que el suyo para guiar nuestras vidas y alertarnos de las amenazas de nuestro mundo. 

Me ha gustado mucho leer sobre su constancia y su rigor a la hora de documentarse y escribir. Su atención minuciosa por los detalles, por las estructuras complejas y el ritmo. Una gran ambición que nos regaló novelas maravillosas como Los aires difíciles o El corazón helado, dos hitos en mi vida lectora que siempre recordaré con gratitud y admiración. "Almudena retuerce con el lenguaje lo socialmente aceptable y nos sitúa en un nuevo cuestionamiento de lo que cada uno entendemos por moral". Así recuerdo sus libros cuando yo tenía veinte años. Salía cambiado, revuelto en el mejor sentido, siempre asombrado de sus historias. 

Fue la mejor embajadora literaria de los vencidos de la guerra civil española. Con la voluntad de recuperar una memoria perdida, se propuso restaurar la dignidad de varias generaciones de españoles humillados por un régimen mediocre y asesino. "Recuérdalo tú y recuérdalo a otros", como escribió Cernuda. Fue un propósito que determinó casi todos los libros que escribió en los últimos veinte años de vida. Un legado imprescindible de dignidad y de nobleza. De conciencia cívica, que tanta falta nos hace en este derrumbe de los valores de convivencia democrática en el que vivimos. 

La prosa de Aroa Moreno desprende simpatía y amor por los cuatro costados. Nos devuelve a Almudena y su obra embellecidas por su mirada. Ahora brillan mejor todos sus libros desde la estantería de la librería. Brillan y me saludan y se arropan unos a otros, y arropan a sus vecinos y juntos cantan la canción del deseo y la memoria. 





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