lunes, 18 de julio de 2022

LA GRAN SERPIENTE

"Gruesa y lenta, con la vista no tan buena como antes, sudando en cuanto llega el calor, conduciendo a cincuenta centímetros del parabrisas, parece cualquier cosa menos lo que realmente es". 

Parece una adorable abuelita. Un poco gruñona y cascarrabias, pero adorable. Me recuerda a mi abuela, piensa una chica joven cuando se sienta a su lado en el tren. Un ama de casa inofensiva, concluyen los dos policías que van a interrogarla al verla hablar con su perrito mientras les prepara diligentemente un café. Una señora mayor que, además de no inspirar sospecha en nadie, está empezando a tener despistes poco habituales en ella. Lapsus de atención. Fallos de memoria. Lo cual no sería demasiado grave si no tuviera guardado un arsenal de armas de gran calibre en su casita con jardín y no se dedicara a lo que se dedica. 

Pierre Lemaitre escribió esta novela en los años ochenta y nunca la llegó a publicar. Está ambientada en aquellos "tiempos felices de las cabinas telefónicas y los mapas de carreteras", en un mundo que parece tan lejano (han pasado cuarenta años y parecen cien) y al que me encanta volver. Más aún si lo hago de la mano del Pierre Lemaitre más salvaje. 

Esta es una novela gamberra. Descarnada y burlona. Me ha gustado muchísimo el tono malicioso del narrador y cómo a menudo se confunde con la voz de la protagonista, una mujer de carácter tan estrafalario que bordearía lo inverosímil si no fuera tan humana. Describe muy bien el aburrimiento de las clases burguesas francesas, y un aburrimiento muy particular: el de una antigua combatiente de la Resistencia que no sabe qué hacer con la adrenalina que en su juventud le daba la posibilidad de morir en cualquier momento. Con la seguridad de que ya nunca le pasará nada ni remotamente parecido, nada emocionante. Nada como emboscar y matar nazis. 

Con la publicación de esta novela Pierre Lemaitre ha querido despedirse del género negro para dedicarse a escribir otras cosas. No importa. Su tono mordaz, ese que ya me atrapó tantísimo en Recursos inhumanos, sigue intacto, afiladísimo como siempre. Una marca de la casa inigualable. 




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