Andrei era un fabricante de juguetes que vivía en una lejana aldea rusa. De sus manos expertas salían caballos de madera, carritos de ruedas, peonas, casitas en miniatura, trenes, puzles y todo tipo de animales. Pero su especialidad eran las muñecas. Sus muñecas de madera eran preciosas. Con sus ropas de colores y sus grandes ojos inocentes, todas lucían una expresión alegre y contenida. Andrei ponía tal dedicación y amor en sus muñecas que, sin darse cuenta, también talló una voz y un alma en cada una de ellas.
Cierto día, una de ellas le habló:
"Tengo demasiada vida, demasiado amor y demasiada madera en mi interior. No puedo guardar todo esto para mí. Quiero tener una hija".
Así que con la madera de esta muñeca, a la que a partir de entonces llamó Matrioska, Andrei fabricó otra muñeca un poco más pequeña: Trioska. Y de esta forma dio inicio a la genealogía de muñecas pintadas más bonita y alegre de la historia de las muñecas pintadas.
La historia de este espectacular álbum ilustrado está basada en una leyenda rusa sobre el origen de las matrioskas, y también sobre el poder del amor y de la imaginación para hacer del arte una razón de vivir.
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