jueves, 7 de diciembre de 2017

LEER CONTRA LA NADA

Como ya va siendo habitual, Óscar me selecciona las novedades que considera que me pueden interesar y... ¡siempre acierta! La semana pasada, entre otros títulos, uno llamó mi atención de forma instantánea por el nombre de su autor, Antonio Basanta, y por su título, Leer contra la nada

Conocí a Antonio en los años 80 dentro del Grupo Anaya, cuando yo dirigía la librería El Brocense, especializada en filología y lingüística, y escaparate de los libros de Anaya. Allí iniciamos un proyecto precioso que luego se transformó en el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Me acompañó en la presentación de la colección Los cuentos de la Media Lunita, cuyas ilustraciones viajaron por toda España en lugares emblemáticos, y el recuerdo que me quedó de él como persona fue entrañable.

Fue un privilegio conocerle, y si no hubiera sido porque se cruzó en mi camino un diabólico personaje, que parecía sacado de un cuento de terror, es muy posible que hubiéramos podido coincidir largo tiempo Antonio y yo en esa caminada maravillosa que es la lectura. Por caminos distintos, los dos pudimos realizar el sueño de trabajar en lo que más nos gustaba, los libros.

Leer contra la nada es una joya para todos los que amamos la lectura. ¡Son tantas las reflexiones que me han apasionado! Por ejemplo: "Me gusta pensar en el cuadro Las hilanderas de Velázquez como una fértil metáfora de la lectura. En primer plano, la rueca de las palabras que dan hilo a las historias. Al fondo, el lino convertido ya en arte, en el tapiz de una historia. Y, ante él, las lectoras principales, Atenea y Aracne."

Con él he aprendido que si en una palabra mantenemos la primera y la última letra, podemos variar de lugar todas las demás y seguiremos entendiendo el significado de la palabra. Nunca lo había experimentado, pero lo probé y efectivamente, es así.

También me ha traído recuerdos de páginas inolvidables, como la que escribió Ángel González en Nada grave: "Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas y una voz cariñosa le susurró al oído: ¿Por qué lloras, si todo en este libro es de mentira? Y él respondió: Lo sé, pero lo que yo siento es de verdad."

Antonio Basanta
La enseñanza de La Bella y la Bestia es que hay que amar las cosas para que se vuelvan amables. La de La Bella Durmiente, que en cada uno de nosotros hay una vida dormida que espera ser despertada. La de Cenicienta, que lo que amamos es tan frágil como un zapatito de cristal, y la de Hansel y Gretel, que hay que tener cuidado con los que nos prometen el paraíso: con frecuencia es una trampa donde se oculta la muerte. Peter Pan nos dice que la infancia es una isla a la que no cabe volver. Pinocho, que no es fácil ser un niño de verdad. La Sirenita, que no siempre tenemos alma y que, cuando esto ocurre, se suele sufrir. Y Alicia en el País de las Maravillas, que la vida está llena de respuestas a preguntas que aún no nos hemos hecho. Son definiciones de Gustavo Martín Garzo.

Leer contra la nada nos ofrece una completa bibliografía y un homenaje a los maestros en su tarea de inculcar el amor a la lectura, además de sugerirnos mil ideas para su tarea diaria con anécdotas y retazos de páginas inolvidables de Rodari, Borges, Grijelmo, Steiner o Benedetti.



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