lunes, 16 de junio de 2025

COMO LA PIEL AL SOL DE UNA LAGARTIJA

Xuana es una profesora jubilada, «retirada» al campo tras toda una vida dando clases en institutos de la ciudad. Un sábado por la mañana se encuentra con el cadáver de una chica tirado en el maizal junto a su casa e inmediatamente se convierte en una testigo muy incómoda para quienes no desean que el crimen se sepa. Xuana se siente «como una vieja dama de las novelas de Agatha Christie saliendo airosa entre un círculo de malvados y sospechosos». Constantemente ve su vida desde fuera, como si ella fuera una actriz y el mundo un decorado en el que ella tiene que desarrollar un buen papel. Un papel escrito de antemano. Por suerte, cuenta con una vecina excepcional, su querida Taresa, un personaje tan completamente distinto a ella que nada podría permitir imaginar lo buenas amigas que acabarían siendo. 

En esta novela hay una vaca llamada Frida que se revuelve y muge de madrugada porque está a punto de parir. Hay un hombre que, a efectos de Hacienda y del Ministerio de Interior, nació con veintitantos años, porque no hay ningún registro de lo que hizo o de quién fue cuando era joven. Hay otro hombre con un pasado que todo el mundo cree conocer y que volvió al pueblo para ser el amigo silencioso de todos. Y hay secretos, muchos secretos, como en todo pueblo que se precie, por muchos visillos que cubran las miradas a hurtadillas de todos los parroquianos. 

También hay tres guardias civiles más acostumbrados a mediar en trifulcas de bar que a interrogar a posibles testigos de asesinato. Y hasta una perrita nerviosa y adorable dispuesta a participar, aunque no se entere de nada, en una huida desenfrenada en mitad de la noche. 

Me ha divertido mucho este noir rural asturiano, que en realidad de noir tiene poco porque la prosa cuidada de Berta Piñán y la luz de sus personajes principales hacen que, además de que se te acelere el corazón, avances por esta historia con una buena sonrisa. 



jueves, 12 de junio de 2025

UN AÑO ENTERO

Cada vez que pienso en Leo Lionni se me viene a la cabeza la imagen de este ratoncito que conocí en Frederick y que desde entonces me acompaña siempre en la sección infantil de la librería. Así que cada vez que veo alguna novedad de este autor con su estilo inconfundible, una parte de mí vuelve a ser niño y a alargar las manos diciendo dame, dame, quiero, quiero. Y eso es lo que hice al sacar el primer ejemplar de la caja de novedades: lanzarme a leerlo ahí mismo. No hay tantos libros con los que uno pueda volver a ser niño siempre e inmediatamente. 

Un año entero cuenta la historia de Guille y Greta, dos ratoncitos gemelos que, el primer día del año, salen a dar su primer paseo por la nieve. Nada más salir se encuentran con un árbol que al principio confunden con el bastón de un muñeco de nieve. Pero el árbol, que se llama Fito, les saca pronto de su error. ¡Un árbol parlante! Y, a partir de ese momento, todos los meses del año vuelven a ver a este árbol tan particular, que se hace amigo suyo, y le cuentan los lugares por los que han pasado, cómo son las vacas, los caballos y las gallinas del granero donde viven, y el árbol les cuenta todas las cosas que vive él, sin moverse del sitio. Los ratones lo cuidan cuando el fuego lo amenaza y, a cambio, el árbol les regala su sombra en verano y sus frutos en otoño. Un año entero es la historia de amistad entre dos ratones y un árbol parlante, una historia bonita y tierna para los más pequeños. 





lunes, 9 de junio de 2025

¿POR QUÉ OBEDECER?

Hace unos días, volviendo a casa, me encontré con una cola inusual en la calle. Cuarenta o cincuenta personas esperaban pacientemente en la acera a que les atendieran en un restaurante de comida rápida que acababa de abrir. El reclamo era un descuento del 50% en todas las comidas. Ante esa publicidad, decenas de personas pensaron que era una oportunidad que no podían perderse. Se puede decir que obedecieron al reclamo. Probablemente muy pocas de esas personas habrían comprado comida para llevar ese día en concreto, pero al ver la publicidad muchos pensaron que tenían que «aprovechar» el descuento, convencidos de que gastando ese dinero iban a salir ganando, de algún modo. Convencidos de que se habían ahorrado la mitad del precio que les costaría esa comida a partir del día siguiente. Convencidos de que ese gasto, finalmente, era algo hasta cierto punto inevitable. 

A todos nos ha pasado, en algún momento. A todos nos pasa. Todos caemos en las redes de la publicidad y acabamos comprando cosas que no necesitamos solo porque nos hacen creer que comprándolas salimos ganando, y que sin ellas nos faltará algo. Que desaprovecharemos una oportunidad. Aunque todos somos libres de no hacerlo, todos acabamos obedeciendo, secuestrados por la seducción de la publicidad. 

Uno de los inventores de la publicidad de mercado fue Edward Bernays. Sus campañas publicitarias influyeron decisivamente en que la opinión pública se volviera favorable a la participación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial o en la incorporación de las mujeres al consumo de tabaco, convenciéndolas de que «los cigarrillos eran un signo de liberación, emancipación y seducción». En su libro titulado Propaganda, de 1928, explicaba las técnicas para transformar la opinión pública en un movimiento tan dócil como unánime. Entendió que la mayoría de la población no es plenamente consciente de sus actos, se siente segura cuando se deja llevar por lo que hace la mayoría a la vez que quiere sentirse en todo momento libre. El libro se convirtió en una obra de referencia para Goebbels, que la puso en práctica para apuntalar la dictadura nazi. El capitalismo siempre ha sido una inspiración inagotable para las ideologías dictatoriales. 

Este brevísimo ensayo de Georges Didi-Huberman nos plantea una cuestión fundamental de la filosofía. Nos pasamos la vida obedeciendo, pero rara vez nos preguntamos por qué y para qué. A veces obedecer es fundamental para una sana convivencia, pero otras nos somete al capricho de otra persona. A veces obedecer puede salvarnos la vida, pero otras nos aísla de los demás y nos arrebata la libertad de elegir e imaginar. A veces nos da espacio y a veces nos inmoviliza. El autor trata de responder a estas cuestiones señalando que la obediencia constante que nos impone el sistema capitalista a través de su maquinaria generadora de necesidades puede minar la libertad individual tanto como cualquier dictadura. 

Con ejemplos de La banalidad del mal (Hannah Arendt), de los experimentos sobre la obediencia a la autoridad de Stanley Milgram, o de El miedo a la libertad (Erich Fromm), este ensayo propone un enfoque crítico ante la obediencia. E insiste en que es crucial que nunca olvidemos preguntarnos por qué y para qué obedecemos. Así quizá podamos evitar convertirnos en sujetos sometidos al capricho y al interés de otros, ya sean políticos, empresarios o familiares. 





jueves, 5 de junio de 2025

LOS CIELOS RETRATADOS

Lo que más me gusta del cambio de hora de primavera es que cuando salgo de trabajar todavía puedo ver el cielo. Es la hora dorada, ese momento mágico que tanto aprecian los fotógrafos y que baña los árboles y los edificios de una tonalidad miel especialmente cautivadora. A veces me paro en medio de la calle y hago fotos, como un vulgar turista. Fotos del parque, de los edificios, de los pájaros y de los patos, fotos de las hojas de los árboles y también de las nubes que a cada minuto cambian de color. Fotos que guardo en el móvil con el mismo mimo que las fotos de los viajes más especiales que he hecho. Qué divertido: un turista que fotografía lo que ve todos los días. Y pienso que ser turista de mi vida cotidiana debe querer decir que me sorprende y me asombra como algo nuevo aquello que veo una y otra vez. Y no me parece tan mal. Bendito asombro, ojalá no se me acabe nunca. 

Este libro trata sobre esto. Sobre pararse a mirar el cielo y quedarse embobado por la luz cambiante de las nubes. Sobre esas nubes, por las que muy poca gente siente curiosidad, pero cuyos matices son infinitos para la mirada receptiva. Sobre las nubes y los diez géneros distintos que existen. Sobre el asombro necesario para poder apreciar la infinita belleza que nos rodea todos los días cada vez que alzamos la mirada. Y sobre cómo los pintores han retratado los cielos a lo largo de la historia, y qué nos dicen sus pinturas de su sensibilidad, de la naturaleza cambiante y de la historia del clima. 

Gracias a José Miguel Viñas, he aprendido a añadir la mirada del meteorólogo al observar los cuadros. Este meteorólogo comenzó a ofrecer al público esta mirada complementaria sobre el arte en 2007, en la sección «Buscando nubes en el Prado» del programa No es un día cualquiera, de Radio Nacional. Y en este ensayo ameno y sencillo hace un recorrido por los cuadros de la pintura europea que mejor captan la naturaleza voluble del cielo. Desde las atmósferas azuladas de Patinir hasta los cielos encendidos de Turner, pasando por los estudios de nubes de Howard y Constable y las nieblas románticas de Friedrich.  

La conexión entre ciencia y arte está poblando las mesas de novedades con libros interesantísimos y este es un magnífico ejemplo. Después de leerlo ya no será posible pasar por alto toda la información y la belleza que se esconde en los cielos retratados en los cuadros. 






lunes, 2 de junio de 2025

TODOS LOS COLORES DE LA OSCURIDAD

La realidad no es suficiente. Lo saben los artistas, que no se conforman con lo que ven y desean constantemente cambiarlo por otra cosa más bella y más real. Lo saben los escritores, cuyas vidas nunca son suficientes e inventan con palabras otras muchas vidas entrelazadas para enriquecerlas. Y lo sabe cualquiera que viva acechado por el recuerdo de una persona que no puede encontrar. Eso le pasa a Patch, el protagonista inolvidable de este novelón, que la vida que tiene no le basta. Se le rompe entre los dedos. Y para repararla busca en sus recuerdos. Y para no olvidar pinta cuadros bellísimos que son como llamadas de auxilio. Y para alcanzar algo de paz viaja y viaja por los caminos de Estados Unidos buscando aquella persona que perdió y que tiene que estar en algún sitio más que en su memoria. 

En un pueblito de Misuri en 1975, un adolescente al que llaman el pirata porque nació con un solo ojo y lleva un parche salva a una chica a quien un hombre adulto está intentando raptar, con tan mala suerte que nadie más vuelve a saber de él. Un reguero de sangre en el lugar del suceso hace a todo el pueblo temer lo peor. Pese a los esfuerzos de su mejor amiga, pasa un año entero hasta que Patch es rescatado. Y ya nunca volverá a ser el mismo. Cuenta que estuvo en un sótano, en la oscuridad, junto a una chica llamada Grace a quien escuchaba pero nunca veía. Y ahora la búsqueda de Grace se convierte en una obsesión y, a lo largo de dos décadas, en el hilo conductor de toda su vida. 

Esta es una de esas historias con mil vueltas y recovecos. Con personajes complejos que van desvelando capa a capa su humanidad, con sus flaquezas y sus virtudes. Es una novela de misterio, un thriller cargado de giros sorprendentes, una historia de amor y lealtad muy redonda. Tiene ese ritmo endiablado de las novelas de Dennis Lehane, también muy dado a escribir sobre personas desaparecidas. Y un protagonista que es capaz de dedicar su vida a perseguir un sueño movido por la gratitud, el amor y una emoción que nunca desfallece.