lunes, 20 de enero de 2025

EL CENTRO (firma invitada)

¿Quién no ha fantaseado alguna vez con despertarse y ser capaz de hablar perfectamente un idioma? Debe de ser que me encantan las lenguas y su estudio y por eso yo lo hago con mucha frecuencia. Juego incluso a preguntárselo a mis amigos: «Si pudieras despertarte un día y saber un nuevo idioma, ¿cuál elegirías?». Supongo que la atracción en esta pregunta reside en la falta de esfuerzo y la recompensa gigante que supondría poder lograrlo.

Cuando leí la contraportada de la novela que tengo entre mis manos, pensé que se ajustaba tanto a mi juego de deseos que tenía que entrar en ella de inmediato. Y me gustó muchísimo encontrarme antes con su protagonista, Anisa, una traductora de audiovisual en la treintena, un poco frustrada al sentirse mediocre en su profesión y también en su vida. Un relato generacional muy en boga en muchas literaturas contemporáneas, independientemente de que su protagonista sea irlandesa, española o pakistaní.

Casi por pura casualidad, esta joven conoce la existencia del Centro, un lugar donde alguien le promete que puede aprender el idioma que desee en solo diez días. Atraída por esta posibilidad para lanzar su carrera profesional y en un momento en el que no tiene nada que perder, Anisa se lanza a la aventura en unas condiciones absolutamente estrictas y extrañas. Y aunque sabe que hay algo rarísimo en torno al centro y sus métodos de aprendizaje, no duda en repetir.

Esta novela nos plantea dilemas morales y éticos insospechados y nos hace mirar hacia nosotros y poner en una balanza lo que estaríamos dispuestos a hacer por lograr un objetivo vital. También indaga en secretos familiares y cómo mantenerlos y continuarlos a pesar de que puedan suponer culturalmente una aberración.

A caballo entre lo misterioso, lo cómico, lo gore y el realismo más desgarrador, es imposible que esta novela pueda dejar indiferente a nadie. Ahora bien, ¿a costa de qué estaría yo dispuesta a aprender alemán o ruso en diez días? En el Centro desde luego que no lo haría.






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