Un grupo de soldados inexpertos llega a una base en Afganistán, la mayoría voluntarios, intentado escapar y olvidarse de las ataduras de su vida anterior. En medio del desierto, en un entorno abiertamente hostil, la rutina y la amenaza sin rostro que se extiende fuera hacen que se forjen nuevas amistades, rivalidades y odios, y "sin embargo, en el silencio absoluto de la noche, cuando los recuerdos de sus vidas desfilan por su mente, sólo oyen el latir de sus corazones, el rumor incesante del cuerpo humano".
He leído este libro con una mezcla de asombro, deleite y rechazo.
Asombro por la profundidad y la sabiduría, impropias de un escritor tan joven, con que están tratadas las relaciones humanas y las reacciones de los soldados ante un entorno hostil e incomprensible.
Deleite por la maravillosa calidad literaria, la delicadeza y la increíble capacidad de encontrar esas palabras que, como imágenes, se nos quedan grabadas en la memoria durante mucho tiempo.
Y rechazo por la cantidad casi insoportable de dolor, de crueldad, de los traumas que los chicos llevan a cuestas y de los que parece que nunca serán capaces de curarse.
Aún así, recomiendo este libro a cualquiera que le interese el día a día de los soldados italianos en Afganistán, que desee disfrutar de una buena literatura y sumergirse en los anhelos y frustraciones de una serie de personajes que dejan una huella muy honda en la memoria.
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