martes, 9 de diciembre de 2025

VENECIA

Venecia no es una ciudad, es un espejismo. Un espejismo que emerge del agua como si fuera una ciudad llena de palacios. Un espejismo esquivo y bellísimo, cuya belleza consiste en estar siempre más cerca de su representación artística que de su realidad. Una belleza de postal antigua, entre Oriente y Occidente. De canción de la infancia. Del romanticismo legendario de los sueños. 

Venecia no es una ciudad, es un sueño. Y este libro de Jan Morris, a menudo admirado como el mejor libro de viajes jamás escrito, es su mejor homenaje. Lo que hace la autora no es nada fácil. ¿Cómo se viaja a un sueño? ¿Cómo se describen el agua, las calles, las gentes, las costumbres de un mundo regido más por la imaginación que por la naturaleza? ¿Cómo traer a los lectores los sonidos, los olores y la luz de una ciudad que parece flotar en una laguna mítica, a la vez efímera y eterna, siempre dispuesta a desaparecer para siempre?

Delicioso, encantador, erudito, amenísimo, desde su primera aparición en 1960, este libro de Jan Morris se convirtió en un éxito arrollador y en una guía íntima y romántica, una mirada imprescindible que ha guiado a millones de viajeros por las calles y canales de Venecia. Hay descripciones para subrayar en cada página, siempre traducidas con la sabiduría y la delicadeza que pone Concha Cardeñoso en todo lo que escribe. 

Empañada por una humedad constante, reluciente como una visión recién salida del agua, mecida y asediada por las mareas, decadente y maloliente, saturada de historia, encantadoramente decrépita y a la vez lujosa y exquisita, Venecia es un lugar archiconocido, fuera de toda norma y comparación, que, a pesar de la masificación turística que ha expulsado a los venecianos y todos los días amenaza con acabar con su identidad, mantiene inexplicablemente intacto su misterio y capacidad de fascinación. 






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