jueves, 4 de marzo de 2021

NEGRA. LA VIDA DESCONOCIDA DE CLAUDETTE COLVIN

Alabama, 1955. 
En el autobús, los primeros diez asientos están reservados para los blancos. El resto, para los negros. Si una persona blanca se ve obligada a quedarse de pie, tendrás que cederle tu sitio. Y como legalmente un blanco no puede sentarse al lado de un negro, todos los negros que ocupan esa fila tendrán que levantarse. Si no lo hacen, el conductor puede parar el autobús y amenazarles a gritos. Si siguen sin levantarse, el conductor o cualquier otro blanco pueden llamar a la policía, que entrará y les amenazará a gritos. Y cumplirá su amenaza. 

Si eres una mujer, eres menos que un hombre. Si eres una mujer negra, eres menos que nada. Y no quieres pasar por un cárcel por desafiar a un blanco. Cualquier desafío a un blanco es un delito. Y no se respeta a las mujeres negras delincuentes. ¿Y si tienes quince años? ¿Qué pasa entonces?

Este libro ilustrado cuenta la historia de Claudette Colvin, una chica negra de quince años que, unos meses antes que Rosa Parks, se atrevió a desafiar las leyes segregacionistas en Alabama negándose a ceder su asiento en el autobús a una persona blanca. Fue condenada por ello y posteriormente olvidada. Olvidada por un embarazo temprano. Porque su "inestabilidad" mental no era buena para el movimiento. Porque el movimiento por los derechos civiles estaba destinado a proteger a todos los negros, pero sobre todo a los negros que, como Rosa Parks, fueran íntegros, intachables, virtuosos, distinguidos y profundamente comprometidos con los valores cristianos. 

Esta también es la historia de un movimiento por los derechos civiles de los negros que en buena medida dejó a las mujeres al margen. Aunque fueran ellas las que iniciaran las protestas, las que tuvieran la valentía, como Claudette Colvin y Rosa Parks, de enfrentarse a unas leyes injustas a riesgo de acabar en la cárcel, eran ellos los que después tomaban el liderazgo moral de las reivindicaciones, eran ellos los que las protegían a ellas, frágiles, débiles, y se erigían en líderes morales. 

Una historia que demuestra que cualquier movimiento político en beneficio de la sociedad que no cuente con la participación activa de las mujeres no solamente se miente a sí mismo sino que no tiene sentido. 

Claudette Colvin




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