Cuando en 1939 la Alemania nazi ocupó Polonia, el gobierno polaco se exilió en Londres y encargó al joven Jan Kozielewski de informarle de lo que ocurría en Polonia y de hacer de enlace con la resistencia. Fue hecho prisionero por los rusos y enviado a un campo de trabajo en Ucrania. Más tarde fue también prisionero de los alemanes y torturado por espía. Escapó varias veces de una muerte segura, se infiltró en el gueto de Varsovia, se hizo pasar por vigilante de un campo de concentración y pudo ver con sus propios ojos el destino de los judíos polacos en los trenes de la muerte. En 1943 denunció los horrores del holocausto en Inglaterra y Estados Unidos, pero tanto Churchill como Roosevelt tenían otras preocupaciones más urgentes y quizá no se terminaron de creer la historia disparatada de este joven partisano polaco que había esquivado tantas veces la muerte y había estado en tantos lugares improbables en tres años.
Este cómic cuenta brevemente la vida de Jan Kozielewski, alias Jan Karski, desde el momento en que es reclutado para el ejército polaco en los albores de la guerra, hasta que su testimonio es recibido con incredulidad y un dolorosísimo silencio en los países aliados. Poco tardarían los medios de comunicación de estos países en sacar en portada los horrores que denunciaba Karski: en la primavera de 1945, tras la liberación aliada de los campos de exterminio austriacos y alemanes, no se hablaba en el mundo de otra cosa que de la destrucción de los judíos europeos.
Con un dibujo afilado y expresivo, trepidante y preciso como la historia que narra, Marco Rizzo y Lelio Bonaccorso resumen una vida que, trasladada a la ficción, rozaría los límites de la verosimilitud. La segunda guerra mundial provocó un terremoto en la vida de millones de personas. La vida de Jan Karski es un ejemplo de una extraordinaria capacidad de supervivencia y de lo que alguien es capaz de hacer para denunciar la injusticia ante el mundo entero.
Para quien quiera ampliar la información sobre Jan Karski, recomiendo su libro Historia de un estado clandestino (Acantilado, 2011), escrito en 1944, en el que cuenta su experiencia en primera persona.
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