Este libro inclasificable reúne dieciocho relatos impactantes, rompedores con la ortodoxia de la moral, en los que Saadat Hasan Manto (1912-1955) dejó constancia de lo que veía alrededor, cosas que nunca se podían decir y que por contarlas le juzgaron por obscenidad hasta seis veces. El mundo convulso y violento que le tocó vivir estuvo determinado por la independencia de la India y su partición en dos estados con Pakistán, conflicto marcado, como en tantas ocasiones, por la rivalidad de dos religiones, la hindú y la musulmana.
Manto tuvo una vida llena de dificultades económicas a un lado y otro de la frontera entre India y Pakistán, y murió temprano, con tan solo cuarenta y tres años. Con veintidós colecciones de cuentos, una novela, tres colecciones de ensayos y numerosos guiones cinematográficos y piezas radiofónicas, se ha convertido en el escritor de relatos en urdu más leído y controvertido.
Algunos de estos relatos son como puñetazos. Me han provocado emociones tan fuertes que me han conmocionado hasta lo más profundo. Sus personajes, niñas y mujeres en su mayoría, son de una ignorancia que las lleva a actuar de forma inaudita sin que tengan conciencia de sus actos, en ocasiones con inocencia, en otras con una perversidad que asusta. La belleza en la forma de contarlos deslumbra.
Un párrafo del relato A un lado de la calle: "¿Cómo puede ser que dos nubes se abracen en el cielo y una empiece a llover con un llanto irreprimible y la otra, convertida en rayo, comience a jugar con esa lluvia y se escape dando brincos? Seguí pensando y lamentándome. Dos almas se encuentran y tras fundirse en una, locas de amor, abarcan la inmensidad del espacio... ¿Acaso todo esto no es más que poesía? No, sin duda, dos almas tras encontrarse llegan hasta ese punto en que al expandirse forman el universo... Pero, ¿por qué a veces una de ellas queda herida en ese universo? ¿Qué universo es ese?"
Siglos de pobreza, atraso e ignorancia, sujetos al colonialismo británico y después a los enfrentamientos religiosos, crearon el caldo de cultivo para que el rencor y los prejuicios fueran tan difíciles de controlar y erradicar. Estos relatos son retratos descarnados de una sociedad que nos queda distante, no solo por los kilómetros sino también por la mentalidad, pero nos adentran en un mundo que siempre resulta apasionante.
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