martes, 4 de diciembre de 2018

30 MANERAS DE QUITARSE EL SOMBRERO

Este título que ha elegido Elvira Lindo para su último libro me ha recordado al de la joven poeta Elvira Sastre, Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo. Son libros muy distintos, en la temática y la forma, pero en ambos se habla de mujeres, en el año en el que llevo soñando, desde el pasado 8 de marzo, con una primavera feminista.

Han sido muchos, muchos los acontecimientos que en los últimos años han dado un empuje a la reivindicación igualitaria. Entre ellos, todas las publicaciones en las que se ha visibilizado a infinidad de mujeres. Por poner solo un ejemplo, los dos tomos de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, en los que disfrutamos de doscientas breves biografías de mujeres referentes en la historia. 

Elvira Lindo nos trae los perfiles en su gran mayoría de escritoras, pero también de personajes literarios como el de Tristana, creado por Benito Pérez Galdós. La elección que ha hecho de estas treinta mujeres me parece un gran acierto; no solamente escribe sobre sus vidas, sino que además mezcla algunas de sus vivencias en Nueva York, y también de su infancia, en el último capítulo. La inagotable curiosidad de Elvira nos desvela matices muy interesantes de mujeres como la escritora checa Monika Zgustova, que nos cuenta la experiencia de las mujeres presas en el Gulag soviético, o el personaje de Lara, de Pasternak, o la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie.

Un capítulo muy interesante es el que dedica a la peripecia del escritor norteamericano Salinger y sus abusos descarados con adolescentes que contó la joven Mainard más de veinte años después. Otro, la música al piano de Marjorie Eliot para rendir homenaje todos los domingos a su hijo muerto. 

El puritanismo americano está muy bien reflejado en la trayectoria de Sally Mann y también en la peripecia de la traducción al inglés de la famosa serie de Manolito Gafotas. De Nueva York hace retratos muy interesantes, ya que pasó allí varios años, y recrea la personalidad de Vivian Gornick y sus Apegos feroces.

De las españolas destaca a Concha Méndez, Elena Fortún o Victoria Kent, junto a su pareja Louise Crane. Me han gustado mucho los retratos de Mary Beard y de la pareja formada por Harper Lee y Truman Capote en su infancia. Y el de Patricia Highsmith y su Carol, Carson McCullers, Alice Munro, Dorothy Parker o Else, la protagonista de Tú no eres como otras madres.

Grace Paley, una valiente activista, comentó: "Las mujeres escriben de forma diferente a los hombres. Tenemos mucha conversación doméstica o personal. Las mujeres se sienten cómodas hablando de lo personal, a diferencia de los hombres. Se cuentan más cosas y tienen muchos problemas en común. Algo interesante es que las mujeres han comprado libros escritos por hombres desde siempre y se dieron cuenta de que no eran acerca de ellas. Pero continuaron haciéndolo con gran interés porque era como leer sobre un país extranjero. Los hombres nunca han devuelto la cortesía".

He disfrutado muchísimo con la lectura de estos relatos llenos de humanidad, retazos de vidas y obras tan interesantes, algunas ya conocidas que me ha encantado recordar.



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