
Mucha gente lo hace. Los escritores, sobre todo. A veces, los sorprendo cuando una idea nueva emerge en su imaginación y de repente les brillan los ojos y sus manos se ponen a temblar buscando el móvil o un papel cualquiera donde apuntarla antes de que se les olvide. Me imagino a Daphne du Maurier así. Recolectando personajes por el mundo. Creándolos a partir de un gesto sorprendente, una palabra demasiado dulce o demasiado hiriente. No hace falta leer más de veinte páginas de este libro para darse cuenta del talento que tenía para ello:
"Éramos soñadores, poco prácticos, reservados, teníamos grandes teorías que nunca pusimos a prueba y, como todos los soñadores, estábamos dormidos en un mundo despierto. No nos complacían nuestros congéneres y ansiábamos afecto, pero la timidez sometía el impulso a un estado de latencia hasta que el corazón reaccionó".
Así son los dos protagonistas masculinos de esta novela. Dos caballeros ingleses de principios de siglo, un puntito excéntricos e infantiles, ignorantes de las delicias del romanticismo, hasta que irrumpe una mujer extranjera, sutil y enigmática, o, mejor dicho, la idea de una mujer extranjera, sutil y enigmática: la idea de la prima Rachel. Y todo se transforma.
Cómo cambia nuestra forma de tratar a una persona a medida que la vamos conociendo y le vamos quitando todas esas capas de ideas preconcebidas (expectativas, miedos, deseos) con que la habíamos vestido para que cupiera en algún molde preestablecido. Y qué peligroso el momento en que vemos a alguien como es y no como nos gustaría que fuera. Para Philip, el narrador de esta novela, conocer a Rachel fue "como si hubiera hecho una pompa de jabón, me hubiera apartado para verla flotar y se hubiera deshecho de pronto". Lo que quedó de esa mujer una vez que se disipó la idea que Philip se había hecho de ella fue la realidad: una realidad más compleja de lo que Philip estaba dispuesto a digerir.
En esta novela, Daphne du Maurier, conocida sobre todo por ser la autora de Rebecca, despliega una literatura rica y elegante, penetrante como una mirada cargada de matices, compleja como un acorde de resonancias inquietantes. Gran rescate de la Editorial Alba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario