miércoles, 13 de julio de 2016

LA MUJER DE LA LIBRETA ROJA (Firma invitada)

En verano tenemos la mala costumbre de querer cogernos unos días de vacaciones y, por lo tanto, para no cerrar la librería, cuando nos quedamos aquí, trabajamos más. Eso quiere decir menos tiempo para leer. Menos tiempo para escribir reseñas. Y nuestro blog, el pobre, abandonadito. 
Para ponerle remedio, hemos decidido invitar a Patricia, una amante devota y entusiasta de los libros que tiene la suerte de disfrutar de unas vacaciones largas de verdad, a que comparta con nosotros en nuestro blog alguna de sus lecturas veraniegas. 
Aquí tenéis la primera. 

"¡Por fin llegó el verano! Y con él más horas en el día para leer y disfrutar de decenas y decenas de nuevas historias. Hay mucha gente que aprovecha el verano para hincarle el diente a grandes (y voluminosas) obras de la literatura universal y aprovechar el tiempo extra para detenerse a degustar minuciosamente el lenguaje y las tramas de tal o cual novela. Otros, sin embargo, buscan lecturas refrescantes, ligeras, entretenidas, un poco en consonancia con la vida de vacaciones. A mí me da igual. Tengo pendiente El Quijote y mientras tanto picoteo otras cosas más intensas o más livianas.

Mi última lectura ha sido de las del segundo grupo: las refrescantes lecturas para veranos de piscina y playa. La mujer de la libreta roja, del francés Antoine Laurain, es una novela corta que saca de paseo a sus lectores por el París de Modiano y de las librerías. Protagonizada por un librero de cuarenta y tantos años, cuenta sus aventuras en la búsqueda de la dueña del bolso morado que ha encontrado tirado sobre un cubo de basura de camino en su paseo matutino por el barrio donde vive y donde tiene montada la librería. Lo que comienza como un acto cívico al querer devolver el objeto a su dueña, pasa a ser un juego de pesquisas y se termina convirtiendo en la obsesión del protagonista por encontrar a la dueña del contenido del bolso.

Cargada de libros y referencias literarias, así como llena de buenas dosis de intriga e ingenio, esta novela es tan refrescante como un chapuzón veraniego. O si no, la excusa perfecta para pasearnos una vez más –aunque sea desde las páginas de un libro– por las calles y callejones de nuestra querida París. El mejor plan deseable para este julio madrileño de calor porque contiene una combinación perfecta: un librero y París."

Patricia Bejarano



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