Pierre Lemaitre ganó el Premio Goncourt en 2013 con Nos vemos allá arriba, una novela espléndida sobre las secuelas de la Primera Guerra Mundial en dos jóvenes soldados, y cuyo éxito ha llevado a Alfaguara a traducir este libro que acabo de leer. Isabel la recomendó apasionadamente en este blog y desde entonces no hemos dejado de promoverla y de compartir el entusiasmo por lo buena que es.
Al igual que Nos vemos allá arriba, Vestido de novia trata sobre la venganza.
Pero en este caso es una venganza mucho más sobrecogedora que aquella.
No voy a revelar mucho porque la historia está tan llena de sorpresas que es mejor no hablar de ella. Es como esas muñecas rusas que, a medida que las vas abriendo, vas encontrándote réplicas más pequeñas hasta llegar a la más diminuta. En este caso, todas las muñecas son ligeramente diferentes entre sí y la más diminuta es un final que te deja con la respiración agitada y sin poder creerte lo que acabas de leer.
Nadie está a salvo de la locura. Sophie, la joven protagonista de esta historia, empieza a olvidar detalles, a perder cosas, a confundir situaciones. Lentamente, casi sin darse cuenta, los indicios de su trastorno se acumulan y todo se acelera. ¿Será ella responsable de la muerte de su suegra? ¿Y de la de su marido inválido? En medio de una depresión profunda, se encuentra implicada en varios asesinatos de los que, curiosamente, no recuerda nada. Sólo que estuvo allí. Y decide huir.
No recuerdo haber leído nunca un libro tan diabólico. Tan bien hilado y tan elegante en su crueldad. Hace que uno se pregunte hasta dónde puede llegar una persona enferma movida por el deseo de venganza. Es perfecto.
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