Acaban de publicarse unas interesantes conversaciones entre Juan Cruz y Jaime Salinas, hijo del poeta Pedro Salinas y casi una institución en la edición española de la segunda mitad del siglo XX, fallecido en 2011.
Tiene dos partes diferenciadas. La primera está dedicada a los entresijos en los modos de relacionarse entre editores, autores y agentes literarios, que en los años 50 se desarrollaron en la Barcelona bohemia que albergó intelectuales y poetas como Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, José Mª Castellet, Juan Benet o Juan García Hortelano, que recibieron con los brazos abiertos a un joven Salinas recién llegado del exilio de Estados Unidos, precedido por el prestigio de su padre y con un talante cosmopolita nada frecuente en la España franquista. Dominaba el inglés por su estancia durante 18 años en América y el francés porque era el idioma de su madre.
La segunda parte, "El otro Salinas", nos acerca a sus opiniones y criterios respecto a la situación política e intelectual de aquella España en una época dividida entre el franquismo y la transición a la democracia, donde tuvo un protagonismo como Director General del Libro y Bibliotecas además de haber dirigido editoriales del prestigio de Alianza, Alfaguara y Aguilar. Su personalidad queda muy bien reflejada en la semblanza que hace Javier Marías en la última parte del libro.
Una buena ocasión para recordar y releer páginas tan importantes como las que escribió su padre Pedro Salinas. Su poesía y también las innumerables cartas que escribió desde el exilio, por su calidad literaria y por el testimonio que nos dejó de su visión poética y también crítica de una época tan convulsa como fue la primera mitad del siglo XX, con nuestra Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial.
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