lunes, 7 de junio de 2021

LAS PREGUNTAS SIGUEN

Si la Humanidad estuviera gobernada por mentes tan lúcidas como las de Adela Cortina, Naomi Klein, Muhammad Yunus o Facundo Manes, creo que conseguiríamos mejorar rápidamente este mundo. En este breve libro, Iñaki Gabilondo conversa con estos personajes, además de Karen Armstrong, sobre problemas candentes que nos afectan a todos. 

El título de la entrevista a Adela Cortina, catedrática emérita de Ética y Filosofía Política, es: ¿Es posible una sociedad sin aporofobia? El valor de las personas. Hace veinte años que Adela Cortina acuñó esa palabra, "aporofobia", pero no ha sido hasta el 2017 que entró a formar parte del diccionario de la Real Academia Española. No hay datos de la magnitud de esta agresión porque es difícil de cuantificar, no se denuncia. La hospitalidad tan habitual en países del tercer mundo no es solo una virtud, es un derecho que todos deberíamos reclamar. Siendo optimistas quiero pensar que de la misma manera que se ha acabado, hasta cierto punto, con la esclavitud o con las diferencias raciales, al menos ante la ley, debemos avanzar en la eliminación de la pobreza, esa gran lacra, porque construir esperanza es fundamental, es también la opinión de Adela Cortina.

El tema que trata Iñaki con Naomi Klein es: ¿Estamos al límite? Crisis climática y doctrina del shock hoy. Hace años que Naomi lleva hablando en sus libros sobre el auge del brazo publicitario del capitalismo que vende ideas en lugar de productos. El mejor ejemplo ha sido Trump, dice, un empresario nefasto que ha perdido dinero con todos sus negocios, pero que ha sido un experto en marketing y un genio en construir imagen de marca, vender humo, una ilusión a los que se sienten desamparados, que no son felices con sus vidas y quieren perderse en una fantasía de poder y privilegio.

Naomi Klein


Su activismo por la naturaleza, y en concreto con las tribus sioux de Standing Rock, fue extraordinario para frenar la construcción de un gaseoducto que atravesaba sus tierras. En Canadá, donde ahora reside, empiezan a cambiar las cosas. El mundo muestra una mayor sensibilidad antes los temas medioambientales, a pesar de la nefasta influencia de la ultraderecha.

Muhammad Yunus es uno de mis referentes favoritos. Le sigo desde hace más de cuarenta años, desde que inició su gran invento, los microcréditos en Bangladesh. Merecido Premio Nobel de la Paz en 2006 y Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998, fundó Grameen, un banco dedicado a suministrar a las personas más pobres minúsculos préstamos con el objetivo de ayudarles a salir por sí mismos de la pobreza. La confianza es la base de su éxito. El porcentaje de devolución de los préstamos es del 99%. 

Su libro Un mundo de tres ceros significa Cero pobreza, Cero desigualdad, Cero contaminación. Los bancos tradicionales no daban créditos ni a las mujeres, aunque tuvieran dinero, ni a los pobres. Seis años después del inicio de Grameen, el 50% de los créditos se concedían a mujeres porque gestionaban mejor el dinero que los hombres, pensando antes en los demás, en los niños, la alimentación, la ropa, la vivienda. Los hombres en cambio solo miraban por sí mismos. Ahora trabajan en un 97% con mujeres de forma local y en un 100% globalmente.

Muhammad Yunus


Se queman kilómetros y kilómetros de bosque para cultivar soja con la que alimentar cada vez más vacas porque a la gente le encanta comer carne. ¿Dónde queda el interés colectivo? Necesitamos empresas sociales que resuelvan problemas. Emprender es creatividad, nacemos y crecemos como personas creativas. El capitalismo nos dice que solo unos pocos pueden emprender y que los demás tendrán que trabajar para ellos. En cuanto nos convenzamos de que todos somos emprendedores todo puede cambiar. Para eliminar la pobreza hay que cambiar el sistema.

Facundo Manes es uno de los más importantes neurólogos y neurocientíficos del mundo y el tema de su conversación aquí es Desafíos tras la pandemia desde la neurociencia. Me han dado tranquilidad las aclaraciones tan prácticas que me ha trasmitido sobre la arquitectura del pensamiento, la conciencia y las memorias, porque no es una sola memoria la que tenemos. Decía García Márquez: "la vida no es la que uno vivió sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla" porque la memoria es un hecho creativo. Otro aspecto fascinante de la memoria es el olvido y uno olvida casi todo en la vida, básicamente queda en la memoria solo lo que nos emocionó o nos interesó. Luego está la memoria espacial, su área es el hipocampo que está en la base del cerebro y se dedica a los actos más recientes. Con la edad el hipocampo se va desgastando y a partir de los 65 años se desgasta un 1% anual, aunque ya a partir de la treintena se empieza a perder memoria. Eso no es nada grave porque con frecuencia la compensamos con sabiduría, experiencia o reflexión.

He dejado para el final a Karen Armstrong, un referente mundial en la historia de las religiones, profesora de la Universidad de Londres. Comparto pocas cosas de las que aquí expone. Habla de las Escrituras, tanto del islamismo, el judaísmo, el cristianismo y otras como las de India o China como si la empatía, la misericordia, el respeto por la vida de los demás o la justicia social fueran prerrogativas religiosas con un mandato general: No impongas a los demás aquello que no desees para ti.

En mi opinión estas prerrogativas morales y éticas son intrínsecas al ser humano, al margen de mandatos religiosos. Las religiones creo que las han inventado los hombres para defenderse del miedo a la muerte y a la ignorancia, y a medida que estos miedos van cediendo gracias al conocimiento y la mayor educación, la cuestión religiosa va perdiendo adeptos. 

El mundo de la postpandemia necesita el análisis crítico y la capacidad de los grandes pensadores para abrir nuevos caminos que nos ayuden a enfrentar los desafíos del futuro con esperanza. Este libro abre muchas vías en esa dirección. 




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