miércoles, 12 de diciembre de 2018

UNA LECCIÓN OLVIDADA

Siempre me he sentido más europeo que español. Quizá porque viajé al extranjero muy pronto o porque el año que viví en París me marcó de una manera muy profunda. Quizá porque nunca entendí que el idioma y las costumbres pudieran definir una pertenencia, cuando absorber culturas diferentes resultaba siempre tan emocionante. Lo cierto es que me sentía tan a gusto (y tan en casa) en Londres, Roma o Burdeos como en Madrid: Europa era mi hogar, y lo sigue siendo.

En este libro de viajes por la historia, a caballo entre la crónica personal y el ensayo, Guillermo Altares recorre la biografía de Europa desde la prehistoria hasta la guerra de Kosovo para subrayar un hecho evidente que en los últimos años parece que muchos han olvidado: "la historia de Europa es un relato de viajes y mezclas desde el mismo momento en que nació". Cuando el racismo y la xenofobia crecen de manera alarmante en la mayoría de los países europeos, y el odio al diferente marca el discurso de muchos políticos que buscan señalar culpables extranjeros para los problemas de siempre, este libro de historia nos recuerda que "si hay algo que caracteriza a la Unión Europea son las fronteras que ya no existen, las huellas de guerras, conflictos, particiones étnicas que parecían irresolubles y que, sin embargo, ahora resultan casi invisibles". 

Me ha gustado mucho el relato de los pogromos contra los judíos de muchas ciudades de la Península en 1391, del que apenas había oído hablar. Y también la descripción del terror de 1938 en la Unión Soviética, del que sí conocía algunos detalles tras la lectura de Leningrado, pero que me ha generado unas ganas locas de leer las memorias de Nadiezhda Mandelstam, Contra toda esperanza, una historia de amor y memoria en medio de la barbarie.

Este libro es como un menú lleno de pequeños platos exquisitos que te descubren aspectos curiosos y significativos de la historia de Europa. Y su objetivo, además de deleitar a cualquiera interesado en el pasado de nuestro continente, es el de recordar que es preciso convivir con él para comprender el presente, sin condenar al olvido ninguna herida abierta ni pensar que nos pertenece. La historia nos enseña que formamos parte de un identidad colectiva, y que cuanto más inclusiva y diversa es esa identidad, más posibilidades tiene de generar paz y prosperidad. 

Ojalá este libro sirva para ayudar a ampliar la visión de alguno sobre lo que significa Europa. Para que Europa sea fiel a su historia y en vez de cerrarse sobre sus necios nacionalismos, se abra y acoja la diversidad de los que anhelan entrar. Para que Europa, mucho más que las naciones de cada uno, siga siendo nuestro hogar. 


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