lunes, 23 de marzo de 2015

RICCIARDI Y LA DIFUSA FRONTERA ENTRE LO CORRECTO Y LO INCORRECTO

El sargento Maione camina por las calles de Nápoles, vestido de civil, buscando al hombre que mató a su hijo. Aún no sabe qué desvelos o venganzas guían sus pies. Otro hombre, recién fallecido, cumplió condena en su lugar, un hermano mayor del crío que ahora busca, criminal confeso que buscó expiar sus pecados asumiendo el delito de un alma inocente. Con la ley ya no puede castigarlo. Sólo sus propias manos podrían. 
El sargento Maione se esconde en la oscuridad de un zaguán para espiar la felicidad del hombre que mató a su hijo. Lo ve sentado en su humilde taburete, tallando piezas de madera ante la mirada encandilada de un corro de niños. Lo ve abrazar a su hijo pequeño, a su mujer. Y por primera vez en su vida, en su interior, lo correcto y lo incorrecto empiezan a cambiar de sitio, a moverse sin orden ni concierto, difuminándose y transformándose en conceptos volátiles e inasibles como los globos escapados de la mano de un niño, volando desordenados en el cielo gris. 

El comisario Ricciardi camina por las calles de Nápoles, sin abrigo ni sombrero, debatiéndose entre la posibilidad de dos amores. O de ninguno. Por un lado, una chica dulce que le ofrece paz, cariño y una vida tranquila que apacigüe su espíritu atormentado. Por el otro, una mujer irresistible que le ofrece fuego, torbellinos y una vida apasionada a la que entregarse para olvidar sus noches en vela. 
Y pese a su convicción de que el amor engendra monstruos y que su íntimo e inconfesable sufrimiento lo condena a una vida de soledad, el comisario Ricciardi siente que ya no distingue bien entre lo correcto y lo incorrecto, que el deber se difumina siempre ante las emociones imprevisibles y que su voluntad se ha vuelto ligera y volátil como esos globos que se escapan de las manos de los niños y terminan coloreando el cielo gris de la ciudad de Nápoles. 

Quinta y sexta novela, respectivamente, de la serie protagonizada por el comisario Ricciardi, Con mis propias manos y Y todo a media luz se adentran en el año 1932 con nuevos casos, nuevos desafíos para nuestros queridos investigadores, que cada vez tienen más problemas para mantenerse al margen de la sombra fascista que se cierne inexorablemente sobre la sociedad italiana, intoxicando de miedo y de rabia sus vidas siempre al límite.



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