miércoles, 18 de marzo de 2015

UNA TRILOGÍA PALESTINA

Es raro encontrar un escritor palestino cuya literatura no trate, de una forma u otra, el conflicto con Israel. El exilio, la desposesión, la humillación y la rabia están incrustados en el pueblo palestino desde hace tanto tiempo que ya forman parte de su identidad y de su carácter. Y desde los años sesenta, la literatura empezó a nutrirse de ellos para expresarse. Y para erigirse en dedo acusador, en combatiente temprano de la lucha contra la agresiva prepotencia de Israel. 

Con apenas doce años, Gasán Kanafani (1936-1972) sufrió en sus propias carnes la Nakba ("La Catástrofe"), como los palestinos llaman a la limpieza étnica perpetrada por Israel a raíz de su nacimiento como estado. Tuvo que exiliarse junto a su familia y los hechos que presenció alimentaron desde muy pronto su compromiso político. Fue uno de los fundadores del Frente Popular para la Liberación de Palestina en 1967 (organización político-militar de línea dura dentro de la OLP), y murió asesinado, junto a su sobrina, de 17 años, por una bomba colocada bajo su coche por los servicios secretos israelíes. 
Con apenas 36 años se convirtió en el gran renovador de la literatura palestina, ya que, a pesar de su vocación realista, Kanafani utiliza estructuras narrativas complejas y un lenguaje estilizado y poético, rico en símbolos y metáforas. 

Esta trilogía se compone de tres novelas muy breves (ninguna supera las cien páginas) que representan tres etapas en la toma de conciencia de la situación del pueblo palestino. 
En la primera, tres hombres de tres generaciones distintas tratan de emigrar a Kuwait, huyendo de la miseria económica y moral de los campos de refugiados creados a partir de 1948 por la ONU para salvar a los miles de palestinos expulsados de sus tierras y hogares. 
En la segunda, dos hermanos hacen frente a la adversidad plantándole cara, luchando por liberarse de la opresión, aunque lo único que les espere sea la muerte. 
Y en la tercera, el hijo de la madre protagonista se enrola con los fedayín y participa en las operaciones de resistencia armada contra el ejército israelí inmediatamente antes y después de la derrota de los ejércitos árabes en junio de 1967. 

Gasan Kanafani
He leído este libro fascinado. Nunca pensé que pudiera encontrar una historia que fuera el complemento literario de ficción del maravilloso ensayo de Edward W. Said llamado La cuestión palestina (1979). Porque además de por su compromiso político, este libro me ha llamado mucho la atención por su fuerza expresiva. El ejemplo del arranque de la primera novela es perfecto:

Boca abajo, con el pecho pegado a la tierra húmeda, Abu Qais la sentía palpitar bajo todo su cuerpo. Eran los latidos de un corazón cansado. Todo se fundía en un solo palpitar, desde la más pequeña partícula de arena hasta la parte más recóndita de su ser. Siempre que pegaba el cuerpo a la tierra, sentía el mismo latido. Era el corazón de la tierra que, desde lo más profundo de sus entrañas, pugnaba por abrirse un camino en busca de la luz. [...] Y el olor. El olor que, cuando respiraba, le fluía por la frente y se desparramaba, adormecedor, por todas sus venas. Era el mismo olor que desprendían los cabellos de su mujer cuando salía del baño, el mismo, el olor de una mujer chorreando agua fría y los cabellos mojados sobre el rostro. 



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