Esta es una historia de gente que ha perdido su país. Que ya no pertenece a ningún sitio porque se lo han robado todo, hasta la dignidad de dormir en una cama y de comer caliente y de dar un abrazo a su madre o a su hermana. Es la historia de un régimen vengativo que buscaba erradicar de raíz toda disidencia y que para ello no dudó en utilizar cualquier método a su alcance. Es la historia de cómo una sociedad que había atisbado la posibilidad de modernizarse ampliando derechos y democratizando las instituciones, cayó bajo un régimen de canallas, de trepas, de delincuentes que gobernaban y asesinos que legislaban y eran loados como héroes y salvadores.
Esta es una historia de tráfico de influencias, corrupción, delaciones y chantajes. De policías que amedrentan a la población haciendo detenciones arbitrarias, entrando por la fuerza en cualquier casa y exhibiendo su vulgar chulería salvaje. Es una historia de ladrones y estraperlistas que se apropian de muebles, joyas y obras de arte que nadie reclama porque sus propietarios están fuera de España, huidos durante la guerra, y no van a volver. Y si vuelven, son republicanos, y a ellos, a los ladrones, les ampara la legitimidad de la victoria.
Esta es una historia de una sociedad envenenada de miedo. Vigilada por la policía y el ejército. Inspeccionada con suspicacia. Gobernada por el hambre. Por la constante amenaza de un régimen vengativo y paranoico ansioso por extirpar cualquier resto de rebeldía y pensamiento crítico a fuerza de golpes, torturas, juicios sumarísimos y fusilamientos. Un país ocupado por fuera y por dentro en el que, para tener algún derecho, había que volverse cómplice activo, delatar a alguien, colaborar con los ladrones al mando, chivarse y traicionar.
Esta es una historia de una época en la que la ausencia y la muerte se convirtieron en hechos rutinarios. En la que arribistas mediocres ascendieron en todas las instituciones gracias a las depuraciones ideológicas. Es la historia de un régimen que buscaba sin cesar a personas dispuestas a acatar cualquier norma ideológica con el fin de trabajar por la "refundación moral de España". Una refundación construida sobre los cimientos de fusilados, de batallones de trabajo y de campos de concentración. De toda una generación de intelectuales huidos al extranjero con lo puesto.
Esta es la historia de unos personajes que solo quieren vivir una vida corriente como personas corrientes en un mundo dado la vuelta por la violencia. Personajes que no pueden hablar con nadie, que no pueden ser ellos mismos en ningún lugar. Escondidos en medio de la gente. En silencio. Intentando ser siempre esos tipos en los que nadie repara. Volverse invisibles. Personajes que de tanto intentar volverse invisibles ya no saben quiénes son. Quiénes fueron. Que viven esquivando a la gente. Callándoselo todo. Que viven una vida que no es vida. Fuera de la cárcel, pero tan presos como si estuvieran en ella. En una cárcel al aire libre, peor que la cárcel de verdad porque de esta no pueden escapar.
"¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que las cosas dejen de pertenecernos?"
Esta es una historia de hace ochenta años, cuyos ecos resuenan con fatalismo hoy en día, en esta España democrática y moderna llena de sombras. Una España en la que sigue habiendo tráfico de influencias, corrupción, delaciones y chantajes. En la que el odio y la desigualdad vuelven a asomar sus banderas para tratar de apropiarse de lo que debería ser de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario