jueves, 21 de enero de 2016

Presentación de UN PERRO en la librería

Cuando hace un par de meses, Alejandro Palomas se puso en contacto con la librera madre para anunciarle que vendría a la librería a presentar Un perro, la alegría no pudo ser mayor entre todos nosotros. Uno de nuestros escritores fetiche, autor de libros que habíamos leído y recomendado con tanto gusto, nos vendría a visitar y a hablarnos de su última novela. Aquella era una excusa fantástica, porque sabíamos que en realidad vendría a hablarnos de los grandes temas e intereses de su obra: la familia, la soledad, la emoción, la risa, la intensidad o la propia vida, sin más.

Y así fue. Ayer nos reunimos todos en un rincón de nuestro centro comercial, en círculo, alrededor de él, para escucharle hablar sobre sus novelas y para, como en una reunión con amigos de toda la vida, intentar averiguar por qué escribimos y leemos, cuáles son las fuentes de los personajes de sus novelas y cómo es eso de escribir.


La presentación corrió a cargo de Isabel, que no desaprovechó la ocasión para hablarnos no sólo de su pasión por la obra de Alejandro, sino también para reflexionar sobre la lectura y la escritura. Luego comenzó el diálogo y supimos que la vida y la obra de Palomas se rozan constantemente, que buena parte de lo que es Amalia, es él mismo o es su madre, y que lo que él quiere es que "la gente quiera a esta familia, porque es la mía". Y la queremos. Para los que hemos leído Una madre y Un perro, Amalia, Fer, R, Ingrid, Emma y Silvia son como nuestros vecinos simpáticos. Sacaríamos a pasear a R si Fer nos lo pidiera y reiríamos ante las ocurrencias de Amalia un día de paseo por el parque.

Alejandro Palomas e Isabel tejieron una conversación interesantísima sobre el mundo de la escritura y de la publicación de textos; y aprendimos que este autor ha sido capaz de crear su particular mundo con pequeñas piezas de un rompecabezas que va encajando poco a poco mediante la interrelación de pasado, presente y futuro. También aprendimos que escribió Un perro en dos meses y medio. Encerrado en su casa de campo, escuchando sin cesar el piano de Satie, modificó algún episodio para incluir en la novela las carpas que tan bellamente habían diseñado para la portada, reescribió la novela entera y devanó la creatividad para hacer creíble y entrañable el personaje de Amalia, el más lúcido y a la vez más desternillante de la novela. En esa casa de campo, acompañado por su perro Rulfo, dejó que los personajes le fueran hablando. Los escuchó y les fue dando vida de la forma tan natural como la leemos en su novela. Y, sin darse cuenta, dio nombre y vida a las realidades de todo aquél que se acerca a su obra y que ya no puede despegarse de ella por la atracción que ejercen su estilo, la sombra de Virginia Woolf en sus páginas y sus personajes.

Estamos agradecidos a todos los que os acercasteis ayer a conocer un poco más a Alejandro Palomas y su obra. Y, por supuesto, queremos mostrar nuestra gratitud al autor que hizo un alto en la Librería Benedetti y nos regaló su tiempo y su compañía y nos advirtió de que si nos habían encantado Una madre, Un hijo, o Un perro, no dejáramos de leer la que para él es, sin duda, su mejor obra, El tiempo que nos une.


Por Patricia Bejarano

No hay comentarios:

Publicar un comentario