Una bandada de cuervos es una recopilación de relatos que describen las terribles condiciones de los soldados japoneses que invadieron Siberia en 1918 para apoyar al ejército blanco contra los bolcheviques. Centrados en los soldados rasos y en los civiles rusos, los relatos ahondan en la indefensión de unos hombres obligados a luchar en un clima extremadamente hostil contra otros hombres por los que la mayoría no siente ninguna antipatía. Rodeados de nieve, hielo y paisajes desolados, sueñan con volver a su hogar, pero en el fondo no esperan regresar. Una parte de ellos ya ha renunciado. Están desesperados.
La estepa nevada es como un interminable océano blanco en el que los batallones flotan a la deriva, sin mapas ni referencias topográficas para orientarse. Se alimentan de rabia y odio para sobrevivir, y también de la compañía nocturna de campesinas rusas, cuyo calor compran con provisiones que sacan de la cantina. Respiran escarcha, sienten como si se formase una capa de hielo en sus pulmones y nunca les abandona la sensación de que el sol ha huido de la tierra para brillar y calentar en otro lugar.
Matan a campesinos rusos que se defienden porque prefieren morir de hambre que de una bala japonesa. Se cansan de combatir para nada, de que no haya ni estrategia ni lógica que dé al menos un sentido a la crueldad de lo que hacen. Su humanidad se desdibuja, la supervivencia los convierte en seres sin compasión, en bestias furiosas, en extraños para sí mismos.
Denji Kuroshima |
Hay relatos narrados desde varios puntos de vista, también desde los ojos de los campesinos rusos, que no dan crédito a lo que ven. El tono es preciso, cercano, extremadamente contenido. Predomina una humanidad especial en las descripciones y sólo se agita y hierve cuando los desenlaces se convierten en dedos acusadores que señalan y denuncian injusticias.
El autor estuvo en Rusia en 1919 y durante toda su vida escribió para denunciar los abusos del imperialismo desde el punto de vista del proletariado con un estilo sobrio e impactante. Su única novela, escrita en 1930, sobre la agresión militar y económica japonesa de China, fue censurada en su país y no vería la luz hasta 1970, casi tres décadas después de su muerte.
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