jueves, 23 de febrero de 2023

POESÍAS COMPLETAS. MANUEL ALTOLAGUIRRE

Leer ciertos libros es como mirarse en un espejo, ¿no?, me dice un chico después de un ratito hablando de poesía. Asomarse a ese abismo. Somos tantas cosas distintas... Se queda callado un momento y me lo quedo mirando con curiosidad y un punto de diversión: me encanta cuando gente que no conozco se suelta a hablarme de cosas profundas, porque me imagino que no se las cuentan a nadie y eso me eleva de repente a mí, librero anónimo, a una categoría de público privilegiado. Somos tantas cosas distintas. Somos todos los libros que hemos leído, los lugares donde hemos estado, los idiomas que hablamos, las personas que hemos querido. Y el futuro, también somos el futuro, somos las cosas que ansiamos, los proyectos que tenemos, las ilusiones, somos las ilusiones, todo está ahí, en ese espejo mientras leemos. Hay un poema que me chifla de Altolaguirre, un poeta que nadie lee, que dice que cuando nos miramos en un espejo vemos retratos olvidados de nosotros, "pétalos de una belleza antigua", o algo así, y yo pienso sí, claro, es eso, y no solo antigua, somos pétalos de una belleza nueva, cada día nueva, renovada, ¿no? Con cada libro que leemos, cada viaje que hacemos, cada amor o proyecto o ilusión nueva nos salen pétalos nuevos y nuevos motivos para seguir haciendo todo eso. ¿Tiene sentido algo de esto que te digo? No, ¿verdad? Bueno, tú eres librero, seguro que entiendes de estas cosas. Tú me entiendes. 

Se ha ido feliz de haber hablado un ratito de poesía, feliz, quizá también, de haber sacado un poquito de todo eso que llevamos dentro y que si no recibe algo de aire fresco de vez en cuando se mustia y se nos queda atravesado. Y me he quedado pensando en qué serán esas cosas que entiendo por ser librero y si de verdad las entiendo y qué más da si lo importante es lo que disfruto escuchándolas y ha entrado más gente y ya no he pensado en nada más pero qué maravilla cada día este trabajo.

A Manuel Altolaguirre no lo lee nadie, pero tiene su hueco reservado en nuestra sección de poesía. Poeta andaluz y circunspecto, alto y reservado, acompañado por esa fuerza de la naturaleza que era Concha Méndez en su proyecto loco y precioso de editar en su revista a los mejores poetas de su generación. Quién sabe si de no ser por el esfuerzo y la dedicación de esta pareja tan especial, habría florecido la generación del 27 como lo hizo. No lo lee nadie, pero ahí está su poesía completa, en un volumen modesto que cabe en cualquier bolsillo, cruzando las fronteras de la imaginación y dejando "pétalos de belleza antigua", y nueva, y renovada, en los lugares donde uno menos se lo espera. 


Manuel Altolaguirre





1 comentario:

  1. Qué resena tan bonita, una historia en sí. Me apunto este volumen, promete belleza.

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