lunes, 17 de enero de 2022

CANSADAS

Después de leer Feminismo para principiantes, que me gustó tanto, he seguido con este nuevo libro de Nuria Varela, Cansadas, una reacción feminista frente a la nueva misoginia. ¡Me he sentido tan representada en mi experiencia vital de tantos años!

Dice textualmente: "¿De qué estamos cansadas? De leer las necrológicas y descubrir a mujeres de las que nunca habíamos oído hablar, o sí, pero pensábamos que habían fallecido porque no tenían hueco, ni voz, ni en los libros ni en los periódicos. Cansadas de rastrear como detectives nuestra propia historia, nuestros logros. Cansadas de leer entre líneas nuestros éxitos. Cansadas de que la teoría nunca la hayamos podido llevar a la práctica, ni siquiera para nosotras mismas. Cansadas de que desprestigien nuestro lenguaje, nuestro conocimiento, nuestras teorías. Cansadas de que cuando algún retazo de nuestra tradición intelectual es utilizado por algún varón sea aplaudido. Cansadas de que lo hagan sin citarnos. Cansadas de las iglesias, de todas las iglesias, empeñadas en robarnos lo más humano del ser humano, la libertad".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2013 puso un calificativo a la violencia contra las mujeres: epidemia. Es un problema de salud global de proporciones epidémicas que afecta a un tercio de las mujeres del planeta. El 38% de los asesinatos de mujeres en el mundo son casos de violencia machista, aunque en realidad es probable que sean muchos más porque muchos países no ofrecen estos datos y es ahí donde con toda probabilidad el porcentaje es mayor. 

Este libro nos hace tomar conciencia de la tolerancia que la sociedad ha desarrollado para no tomar medidas contra esta epidemia. Un ejemplo lo tenemos en España, donde ETA en 43 años de terrorismo asesinó a 829 personas, mientras que en ese mismo tiempo fueron asesinadas 2.771 mujeres. El terrorismo llegó a ser uno de los problemas más importantes para la ciudadanía, según las encuestas. Sin embargo, la violencia contra las mujeres, un problema de derechos humanos, no ha estado nunca entre las prioridades o las preocupaciones destacadas.

En los países occidentales llevamos ya muchos años con una educación reglada que incluye los problemas de desigualdad y de forma transversal las agresiones a mujeres, y sin embargo hoy en los institutos aumenta el número de chicos que toleran o incluso aceptan que exista. Para mí es desalentador. Solo hay que ver el aumento de la extrema derecha para constatar este retroceso en la evolución humanista. 

Es un desdén hacia la vida de las mujeres, una forma de misoginia en sí misma, incluso en la literatura de escritores de la talla de Gabriel García Márquez, que se atrevió a hacer una apología de la violación y la violencia en aquella infausta obra Memoria de mis putas tristes. Desde el comienzo: "El año de mis 90 años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen". Lolita o Don Juan Tenorio son también muestras de ese desdén hacia las mujeres, incluso niñas, que sigue teniendo la aceptación de una sociedad ciega e insensible solo por ser tradición. Se entiende que son obras de ficción. pero mi percepción es que ayudan a banalizar cuando menos un problema tan grave. 

"La violencia es, en la mayoría de los casos, un mecanismo de respuesta ante un conflicto determinado. Y para el patriarcado no hay conflicto mayor que la pretensión de autonomía de las mujeres". Mientras siga la desigualdad en los derechos humanos va a ser muy difícil reducir esa violencia. Ya no solo este tipo de violencia sino cualquier otro. En mi opinión, el consumo de ficción violenta de forma tan generalizada, cuando el criterio de la gente es tan poco asentado, me parece un grave peligro. Es un mundo agresivo fundamentalmente masculino, solo recordar que el 93% de todos los homicidios en el mundo los cometen los hombres.

Isabel.



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