lunes, 25 de enero de 2021

TRILOGÍA EL ARCO DE LA GUADAÑA

He recomendado mucho esta trilogía en las últimas semanas. Sobre todo a adolescentes porque trata sobre la muerte. Y creo que hay pocas cosas que fascinen más a esa edad. La vida y su sentido. Las experiencias extremas. La trascendencia del amor. Lo sublime y lo eterno. Este libro trata sobre la muerte. Más concretamente sobre qué pasaría si esta desapareciera y nos volviéramos inmortales. Y qué sentido tendría la vida si de repente ya no se acaba. 

Si la función de la literatura consiste en extender los límites de la realidad en nuestra imaginación, esta novela cumple sobradamente su función. Neal Shusterman plantea dilemas morales que me han recordado a los de Saramago en Las intermitencias de la muerte. ¿Qué le pasa a una sociedad cuando deja de sufrir, cuando deja de estar insatisfecha y, sobre todo, cuando deja de tener miedo a la muerte? ¿Puede disfrutarse un placer que no se acaba? ¿Cómo devalúa un deseo el hecho de que siempre se cumpla? ¿Somos humanos porque algún día moriremos? 

Esta trilogía de ciencia ficción plantea los límites que debería tener una inteligencia artificial para servir a la humanidad sin someterla, y desarrolla una historia adictiva en la que no faltan crisis de conciencia, corrupción política, abusos de poder, religiones fanáticas, resistencia a la autoridad, catástrofes espectaculares, persecuciones, ambición, engaño y una historia de amor enrevesada por la que no apostaría ni el algoritmo más optimista. Shusterman te saca de tu realidad para hacerte pensar en el sentido que le das a aquello en lo que nunca piensas. Te señala la oscuridad para que veas los límites de la luz y te muestra lo fácil que es poner en peligro la vida de todos si sólo piensas en salvaguardar la tuya. 

Últimamente he recomendado mucho esta trilogía y me he dado cuenta de que su premisa atrae mucho a los adolescentes mientras que a sus padres les causa recelo. Sus ojos de alarma me dicen que sus "niños" de catorce o quince años no están preparados para leer sobre temas tan profundos o tan duros. Y yo siempre pienso que a esa edad son precisamente esos temas los que más les atraen porque ya no son niños, porque sus cuerpos están cambiando, sus mentes bullen de actividad febril y anhelan explorar lo desconocido hasta el final. Los adolescentes están llenos de vida, así que ¿cómo no iba a atraerles la muerte, cuando es la otra cara de la misma moneda?



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