Hacía mucho tiempo que no leía un libro de aventuras como este. Me ha recordado a las novelas de Emilio Salgari y Patrick O'Brian que leí de adolescente, aquellas historias de corsarios y piratas llenas de emoción viril y salpicaduras de mar enfurecido. Los náufragos del Wager tiene todos sus ingredientes, pero ofrece algo más: todo lo que cuenta es verdad. En la línea de El túnel 29, de Helena Merriman o No digas nada, de Patrick Radden Keefe, este libro de no ficción recrea fielmente un hecho histórico con un aliento novelesco que hace que no puedas parar de leer. Y además es que el hecho histórico no puede ser más novelesco.
El 28 de enero de 1742, treinta ingleses desnutridos, medio desnudos y al borde de la muerte llegaron a las costas de Brasil, donde fueron recibidos como héroes. Su historia era descabellada. Habían naufragado en una isla de la Patagonia, a miles de kilómetros de allí, y tras meses de sobrevivir penosamente en una isla desolada por tormentas heladas, habían conseguido construir una precaria embarcación con la que habían cruzado el estrecho más peligroso del mundo y conseguido sortear sin percance las costas españolas hasta llegar a Brasil. Eran los supervivientes del HMS Wager, un barco con unos quinientos tripulantes de la Marina Real británica que había zarpado dos años antes de Inglaterra con el fin de interceptar un galeón español y hacerse con su botín. Solo treinta hombres habían sobrevivido. Eran héroes.
Pero la historia no acaba aquí. Seis meses más tarde, otro barco en condiciones aún peores llegó a las costas de Chile. En él solo llegaron tres ingleses medio muertos que, tras revivir gracias a la hospitalidad de los lugareños, contaron una historia que no coincidía del todo con la de los treinta héroes. Uno de estos tres pobres hombres era el capitán del Wager, que denunció un motín contra su mando. Ahora los héroes habían pasado a ser traidores. Ante las múltiples acusaciones de traición y asesinato por parte de ambos bandos, se convocó un consejo de guerra en tierras británicas. El juicio fue uno de los más sonados de la época y tuvo una repercusión enorme en la prensa y la opinión pública.
Los náufragos del Wager es una historia apasionante de supervivencia en condiciones climáticas pavorosas, una historia de superación impensable y ofrece una reflexión muy interesante sobre los límites de los valores humanos cuando la vida se ve amenazada. Para sobrevivir, los náufragos tuvieron que crear sus propias reglas. ¿Qué es la lealtad a la Corona, la guerra contra los españoles o el código de honor naval cuando uno se está muriendo de hambre en una isla perdida de la Patagonia en medio de una tormenta de granizo? Seguramente no se equivocaban los antiguos griegos cuando decían que «están los vivos, están los muertos y están los que surcan los mares».
David Grann ha escrito un libro minuciosamente documentado que se lee como una novela de Joseph Conrad. Sientes el frío y el hambre mientras los límites entre la bondad y la maldad se difuminan y la condición humana se revela en toda su implacable complejidad.