lunes, 26 de septiembre de 2022

ESTADO DEL MALESTAR

Lo que hace una voz. Nina Lykke podría dedicar una novela a hablar exclusivamente de los hábitos reproductivos de los cangrejos cocoteros y me tendría ahí pegado a su historia como un niño delante de una final del mundial de fútbol. Su voz cuenta desgracias dolorosas riéndose de sí misma pero sin acritud. Y nos interpela a todos, a todos los que hayamos temido alguna vez que nuestra pareja nos deje, o que hayamos sentido la pulsión de dejar una vida ordenada y estable por la adrenalina de un amor imposible que vive más en el recuerdo o en el sueño que en ninguna realidad. 

Nina Lykke hace un retrato de una clase media acomodada que no encuentra un propósito para su vida. O, mejor dicho, que tras veinte o treinta años de cumplir lo que pensaba que era su propósito, se encuentra de repente decepcionada con que la vida se reduzca a eso y no haya márgenes para explorar lo desconocido. Y, dentro de esa clase media, cuenta la historia de una mujer médica de familia que ha dedicado su vida a escuchar el dolor de los demás para tratar de paliarlo y siente que, a pesar de la angustia vital que soporta, tiene que estar constantemente agradecida por la suerte que ha tenido. "Has nacido con la sensación de arrastrar una deuda y esa sensación te seguirá hasta la tumba. Tienes que aprender a vivir con ella como la gente vive con el duelo. Paso a paso, poco a poco". 

Me ha gustado mucho la descripción que hace de los pacientes en la consulta. Sus rarezas, sus fobias, sus terrores, que a veces parecen totalmente extravagantes e infantiles pero que provocan una desesperación muy real, una devastación muy seria en su salud. Qué fácil es reírse de ellos y, a la vez, qué necesario es tener la capacidad de imaginar su origen para tratar de sanarlos. Quizá todos somos igualmente frágiles, pero cada fragilidad tiene una forma distinta de enfrentarse a las agresiones. "Este cuerpo, esta cáscara indefensa que nos rodea y desde la que vemos el mundo". 

El malestar que describe esta novela es un síntoma de nuestra época. El desasosiego indefinido, la insatisfacción crónica, la culpa por que la abundancia no termine de hacernos felices, la sensación de vivir nuestra vida desde fuera, de no conectar profundamente con nadie, de no pertenecer a nada sólido. Y la necesidad de huir para buscar una respuesta. La protagonista está cansada de ser buena y cede a la tentación de transgredir las normas, aunque solo sea porque "todo el mundo tiene un punto débil, un punto ciego, un ángulo muerto, una zona sin vigilancia. Una zona que no sabemos que existe hasta que alguien la encuentra y entonces ya es demasiado tarde". 

Nina Lykke podría haber escrito sobre cualquier tema y sospecho que me habría gustado igual. Pero es que ha escrito sobre este tema. Un tema que nos afecta de tantas maneras a todos. Y si alguien piensa que está a salvo de todo lo que le pasa a la protagonista de esta novela y siempre lo ha estado, me temo que es porque no se ha mirado hacia dentro con la suficiente profundidad. 




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