¡Que personaje singular! Marie Bonaparte era sobrina nieta de Napoleón y se casó muy enamorada con el príncipe Jorge de Grecia, que mantuvo una relación homosexual con su tío Valdemar durante toda su vida. Una anécdota curiosa fue que cuando murió Jorge con más de 80 años, Marie colocó dentro de su ataúd una cajita con el pelo de su tío amante que había fallecido años antes.
La época que le tocó vivir (1882-1962) fue de una intensidad que ella supo vivir de la misma forma, apoyada en la inmensa fortuna que su familia materna le había legado, de la que una de las más conocidas posesiones era el Casino de Montecarlo. Su dinero le permitió vivir viajando por todo el mundo, financiando revistas, instituciones y libros relacionados con la psicología y apoyando a Sigmund Freud, del que fue discípula y paciente, además de benefactora. Consiguió salvoconductos para que se trasladaran de Viena, donde estaban asediados por los nazis, para él, su familia y amigos. Basada en esta relación se rodó una película en 2004 "MARIE" protagonizada por Catherine Deneuve.
Comprometida con muchas causas perdidas, se implicó en la lucha contra la ablación y la pena de muerte. También consiguió rescatar a muchos intelectuales judíos y especialmente la correspondencia de Freud, del acoso nazi. Amante, entre otros, de un primer ministro francés, ejerció un papel fundamental en la difusión del psicoanálisis en Francia y descubrió en el mundo de la cultura un bálsamo que la consolaría de la soledad de su infancia y de un matrimonio frustrado.
Una espléndida recreación de esos años turbulentos en los que tantos personajes interesantes formaron parte de la vida de esta mujer, como Lou Andreas-Salomé, Dreyfus, Anatole France, Anna Freud, Rudyard Kipling, Stefan Zweig, Lacan, Roosevelt, a quien propuso la creación de un estado judío en el sur de Estados Unidos y toda la realeza europea con la que estaba emparentada.
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