La primera novela de M. L. Stedman no puede ser más prometedora. Esta mujer, abogada nacida en Perth, la ciudad más importante de la costa occidental de Australia, sitúa su relato precisamente en esa zona, donde una isla y un faro serán protagonistas junto al farero Tom, su mujer Isabel y Lucy, un bebé que llega en una barca naufragada a ese rincón del mundo donde la soledad del faro es reflejada por las noches al proyectar su luz sobre el mar, dejando la tierra en la más completa oscuridad.
Una historia intimista con unos personajes muy bien construidos, entre los que destaca Tom, un laureado soldado de la Primera Guerra Mundial que logra salir ileso físicamente pero las secuelas de la guerra se graban para siempre en su alma. Un drama que sucede siempre tras las contiendas bélicas, no sólo a sus protagonistas sino también a sus familias. El trabajo en el faro le ayuda a recomponer su alma herida y conocer a Isabel es el premio merecido, pero todo se va a complicar con la llegada de una balsa naufragada que contiene un cadáver y el cuerpo de un bebé.
Un conflicto entre los sentimientos y las razones en una mirada empática sobre los errores que pueden cometer personas sensibles, éticas y de una lealtad incuestionable que, inducidas por sus emociones, pierden la perspectiva más allá de su pequeño círculo.
Una historia que nos atrapa y leemos de un tirón. Ha sido el Libro del Año en Australia y hay una película prevista sobre la misma. Es muy cinematográfica.
(Recomendado por Isabel)
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