jueves, 15 de mayo de 2025

LA HORA DEL ZORRO

Qué cosa preciosa, por favor. Si hay una autora capaz de envolverme en sus historias como en una manta delicada y profunda y salvaje esa es Katya Balen. Octubre, Octubre fue uno de mis libros favoritos de 2023 y lo sigo recomendando con el mismo brillo en los ojos que entonces. De llorar de bonito y de recomendarlo como si te fuera la vida en ello. Y ahora vuelve con una nueva historia sobre ese mundo salvaje tan especial que ha creado bajo la mirada de dos hermanas que ven el mundo como no lo ve nadie más. 

«Tengo el control y a veces lo pierdo y me da miedo y soy valiente y en eso consiste ser libre y salvaje». A la hora del zorro, Fen y Rey miran hacia las tierras salvajes y buscan sus raíces. Las buscan en los regueros de plata que deja la luna a su paso por el bosque. Las buscan en las sombras que se alargan como pequeños monstruos benignos y misteriosos que cantan las canciones calladas de la noche. Las buscan en la silueta parpadeante de una zorra que a veces aparece entre los árboles, una llama que se prende un segundo y al siguiente ha desaparecido y que parece decir: seguidme, ya veréis como conocéis el camino. 

Esta es la historia de dos hermanas que se cuentan historias. Todas empiezan por la misma palabra: imagina. «Imagina que había dos hermanas que no tenían madre. Para ir en su busca atravesaron las tierras salvajes, que estaban llenas de vida y de muerte, y encontraron extrañas criaturas y se cayeron de montañas y vieron rayos que llenaban el cielo entero. Imagina que se pelearon y que se separaron y se perdieron en los confines del mundo. Imagina que su historia no tenía ni principio ni desenlace, ni siquiera nudo. Imagina que era un caos y una belleza y un lío y una maravilla y lo salvaje. Pero se tenían la una a la otra y una vez habían tenido una madre que dibujaba como una de ellas y cultivaba como la otra y que dibujó sus caras y que asilvestró una tierra entera». 

La hora del zorro es una novela de una sensibilidad que te eriza la piel y te da ganas de llorar de lo perfecto que es este mundo de ficción, de lo frágil e inalcanzable que es para cualquiera que viva lejos de la vida salvaje. Trata sobre el cuidado y la memoria, sobre sentir que le importamos a los demás, que nos ven como realmente somos. A través de las palabras de Katya Balen, cruzas con sus personajes una mirada con los ojos fijos y atentos de una zorra y sientes con ellas un pequeño tirón, el escalofrío que las empuja hacia un mundo que no conocen pero que presienten como propio, como si algo en su interior anhelara volver a una raíz vibrante que las llama en un lenguaje desconocido. Y se preguntan, te preguntas, al ver desaparecer la llamarada color naranja de su cola, qué se sentirá al ser como ella. 





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